“38 mil 891 los cuerpos que pasaron por alguno de los Servicios Médicos Forenses (Semefo) del país, entre 2006 y 2019, y que siguen sin ser identificados.”
Treinta y ocho mil ocho cientos noventa uno.
Qué tristeza al leer el relato publicado por Quinto Elemento Lab. Detrás de cada uno de estos 38.891 cuerpos hay una familia que sufrió de la violencia y que está buscando en los campos y las montañas del país, con la única esperanza de conocer el último paradero de su ser querido. 27.271 cuerpos fueron enterrados por el Semefo en fosas comunes sin haber sido identificados.
¿Cuántas familias siguen buscando una de estas personas cuyo cuerpo fue enterrado por el Estado? Muchos ponen en peligro sus vidas en esta búsqueda, a menudo bajo la amenaza de cárteles, y cada mes fallecen algunos de ellos por querer saber por qué su hermano, su hija, su papá… no regresaron a casa.
Cualquier discusión sobre el balance del gobierno de AMLO debería iniciar con los datos de este documento. Era obvio que un gobierno no puede resolver en dos años los problemas estructurales de México. Lo que esta investigación de Quinto Elemento Lab deja claro es la falta de acción y de atención gubernamental en un tema clave y básico.
Es inoportuno hablar de cualquier otra realización o logro de un gobierno cuando, después de fallar en proteger a sus ciudadanos frente a la violencia, es incapaz de identificar a los muertos en las morgues del país.
Cuando el presidente se presenta cada mañana como hombre de acción, repitiendo su voluntad de cambiar el país para la gente humilde, ¿cómo explica que el Estado mexicano no sea capaz de implementar un sistema sencillo y rápido para constituir una base de datos para que los familiares conozcan por lo menos el paradero de sus familiares?
México es un país con instituciones sólidas y universidades de nivel mundial por lo que el problema no es técnico o material, más bien responde a una falta de voluntad política y de atención a los familiares que siguen buscando a sus seres queridos que el gobierno no los pudo proteger.
La negación de atención a las víctimas que ha caracterizado a México desde 2006 encuentra probablemente su manifestación más fuerte, en dos cifras de esta investigación reveladora: “De 6 mil 869 cadáveres falta información sobre el año en que ingresaron a los Semefo. En uno de cada tres casos, los peritos ni se tomaron el tiempo (o ni tuvieron el tiempo) de establecer el género de la persona fallecida.”
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