
Una bandera de la Unión Europea delante del Big Ben. Daniel Leal-Olivas PA Wire/PA Images. Todos los derechos reservados.
Manuel Serrano: Muchas personas acusan a la UE de falta de trasparencia y de no rendir cuentas a los ciudadanos europeos. ¿Cree que existe un déficit democrático en la Unión Europea?
Rebecca Abecassis: Yo no diría que hay un déficit democrático, lo que pienso es que existe mala comunicación. Y nosotros, los periodistas, tenemos mucha responsabilidad en ello, porque no explicamos bien cómo funcionan las instituciones europeas. Si las analizamos en detalle, las instituciones europeas funcionan bien, y hay bastante transparencia. Claro que hay episodios menos transparentes, como con el caso reciente de la ex comisaria europea Neelie Kroes, pero en general las instituciones funcionan bastante bien. Eso sí, es verdad que hay mucha burocracia y que, muchas veces, las cosas no funcionan como deberían. La máquina se vuelve tan pesada que el resultado final, en determinados momentos, acaba siendo poco claro, lo que da la impresión de que las cosas no están funcionando bien.
Sobre la base de este análisis, existe, por lo tanto, un gran trabajo a hacer desde el punto de vista de la comunicación de las instituciones europeas, no sólo por parte de los periodistas, sino también por parte de los propios funcionarios y políticos europeos.
MS: Recientemente, durante el debate previo al referéndum sobre la permanencia o no del Reino Unido en la Unión Europea, los periódicos británicos, entre ellos el Daily Mail, contribuyeron a polarizar el electorado, desvirtuando no sólo el periodismo y la verdad, sino también el referéndum como mecanismo de participación política. ¿Está de acuerdo con este análisis?
RA: Totalmente. Y esto nos lleva a reflexionar sobre el papel de los periodistas hoy en día. ¿Tomamos partido o no? Este es un punto extremadamente relevante. Yo pienso que en el caso del Brexit los propios periódicos, los propios periodistas, y muchos políticos conservadores y de extrema derecha no creían que pudiera suceder lo que sucedió. Pero la realidad es que sí sucedió, y que las consecuencias pueden ser mucho mayores, y peores, de lo que podíamos imaginar.
Esto nos lleva a reflexionar sobre el papel de los periodistas hoy en día. ¿Tomamos partido o no?
MS: ¿Qué opinión le merecen los políticos que, como David Cameron o Boris Johnson, aparentemente no se preocupan del futuro de sus sociedades y de las consecuencias de sus decisiones políticas?
RA: Sólo puedo decir que su actuación refuerza el descrédito de los políticos europeos. Tanto David Cameron como Boris Johnson, debido a varias de las actitudes que han mantenido, han puesto de manifiesto su falta de consistencia o de verdadera convicción política. Pienso que el caso de Boris Johnson es mucho más grave que el de David Cameron, que se dio un tiro en el pie. Él, por lo menos, asumió las consecuencias y dimitió.
MS: Pero las causas del descrédito de la Unión Europea no se quedan ahí. En relación a la crisis de los refugiados, por ejemplo, no hay una política común o, si existe, no se aplica. Aparentemente, la crisis de la UE incluye también una manifiesta incapacidad para tomar decisiones o aplicar medidas ya aprobadas. ¿Estamos ante una crisis multidimensional de la UE?
RA: Yo creo que la Comisión Europea no sabe cómo resolver la situación. ¿Qué margen de maniobra tiene la Comisión para imponer sanciones a Polonia o a Hungría? ¿O para obligar a estos países a aceptar una determinada cuota de refugiados? La Comisión cree que no puede forzar la situación porque daría pie a una enorme crisis europea, que podría, esta sí, llevar a la desintegración de la Unión. Sin embargo, es obvio que es extremadamente injusto que los suecos acepten recibir 160.000 refugiados en seis meses, que los alemanes se muestren disponibles a recibir 1 millón y que los húngaros rechacen aceptar 1.300. Por supuesto, esto supone una disparidad enorme que no tiene ningún sentido. Como dice Federica Mogherini, si todos compartiéramos los refugiados, ni siquiera los notaríamos, ya que se integrarían perfectamente en nuestras sociedades. Pero está claro que existe una crisis de las instituciones europeas, ya que no logran resolver un problema que es fundamental.
Es extremadamente injusto que los suecos acepten recibir 160.000 refugiados en seis meses, que los alemanes se muestren disponibles a recibir 1 millón y que los húngaros rechacen aceptar 1.300.
MS: Pero, por otra parte, nos enfrentamos a otro enorme desafío: el populismo. Desde Orban en Hungría, a Marine Le Pen en Francia, pasando por Geert Wilders en Holanda, el populismo es un problema a nivel europeo. Este fenómeno se aprovecha de otras crisis, como la de los refugiados o el terrorismo, para confundir a los ciudadanos europeos, para incidir en su intención de voto y para establecer una distinción entre “nosotros” y “ellos”. ¿Cree que los medios de comunicación tienen el deber ético de forzar a estos políticos a rendir cuentas ante la sociedad?
RA: Claro que sí. Nuestra función como periodistas es precisamente presentar los hechos para mostrar que estos políticos – o cualquier político – están mintiendo. Sin embargo, hoy en día tenemos una responsabilidad aumentada, debido a la crisis de los refugiados y al aumento del terrorismo, que han venido a interferir con aspectos sociales, ya que los ciudadanos europeos por una parte tienen miedo y, por otra, un profundo desconocimiento de quienes son estos refugiados y de si debemos acogerlos o no. Por lo tanto, ambos temas tienen que estudiarse mejor y explicarse debidamente. En Portugal, por ejemplo, viven pocos musulmanes en comparación con otros países de la Unión Europea, como Francia o Bélgica, por lo que sería importantísimo que todos los días publicáramos reportajes de historias de musulmanes, en los que explicáramos que un musulmán es igual a un católico o a un judío.
Esta es una nueva dimensión de la profesión periodística. Las crisis que vivimos nos obligan a estar atentos a cosas que normalmente no contaríamos. Tenemos que explicar mejor las cosas, tenemos que ser más claros en nuestro trabajo y no ir solamente detrás de la noticia. ¡Tenemos que ir mucho más lejos!
Esta es una nueva dimensión de la profesión periodística. Las crisis que vivimos nos obligan a estar atentos a cosas que normalmente no contaríamos.
MS: Una última pregunta. En relación al procedimiento de selección del Secretario General de las Naciones Unidas, ¿cuál es su opinión de la elección por aclamación de Antonio Guterres? ¿Le parece que es el candidato ideal para un lugar que ha sido descrito como el “trabajo más difícil del mundo”?
RA: Creo que es el hombre adecuado, en el sitio adecuado, en el momento adecuado. La experiencia que adquirió como Alto Comisario para los Refugiados, en contacto diario con esta realidad, le ha preparado para enfrentarse a uno de los temas más importantes a resolver en los próximos años. Por otra parte, a título personal, creo que es un honor y un privilegio para Portugal tener una persona como Antonio Guterres como Secretario General de las Naciones Unidas. Espero también, por otra parte, que su elección despierte en Portugal un mayor interés por el trabajo de las Naciones Unidas.
Esta entrevista fue realizada el día 7 de octubre, en Lisboa, en la conferencia “¿Qué Democracia?” organizada por la Fundación Francisco Manuel dos Santos.
Lee más
Reciba su correo semanal
Comentarios
Animamos a todo el mundo a que haga comentarios, Por favor, consulte las intrucciones de openDemocracy para comentarios