Yo sé que esto puede parecer exagerado si nos basamos en la definición clásica del totalitarismo, pero si se atenta a la libertad de pensamiento, la libertad de expresión, para mí eso es totalitarismo. Cuando el Estado quiere penetrar en la mente y no solamente castigar conductas externas, sino opiniones, puntos de vista. No es el peligro mayor ni el único, pero ese es uno que la sociedad boliviana ya lo está percibiendo.
Otro aspecto es que esto demuestra una ausencia total de una política criminal en Bolivia. Modificar el Código Penal, así sea en un artículo debería obedecer a una política criminal y ser discutido ampliamente con todos los sectores concernidos, con la oposición, con la sociedad civil, con las facultades de derecho, etcétera. En Bolivia no existe un instituto de Criminología o algo parecido. Entonces, dibujar un código Penal a mano alzada parece algo riesgoso, nada científico. La sociedad tiene todo el derecho de ponerse a la defensiva y decir ¿qué está pasando aquí?
JZ: Siempre es útil tener presente las enseñanzas de Montesquieu: “No hay mayor tiranía que la que se perpetra bajo el escudo de la ley y en nombre de la justicia”. La actual ley de imprenta de Bolivia ha sido beneficiosa para el periodismo nacional y para las empresas de prensa. Zulema Alanes es presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia.
Zulema Alanes: La ley de imprenta ya tiene 98 años. Es considerada una norma innovadora en la región, una de las primeras que regula el ejercicio del periodismo. Innovadora también por los principios y alcances que contiene. Rescatamos que recoge los principios de los derechos humanos que tanto en la región como a nivel mundial garantiza el pleno ejercicio de la libertad de expresión. Es concordante también con la vigente Constitución Política del Estado, porque en el artículo 107 se destaca que se garantiza la libertad de expresión, la libertad de prensa y el ejercicio del periodismo.
La ley de imprenta ha permitido a los gremios periodísticos, como es el caso de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia, asumir el desafío de la autorregulación, que es un principio básico para el ejercicio del periodismo. Actualmente tenemos un tribunal de Ética al que cualquier ciudadano que se sienta afectado por la cobertura informativa puede acudir. El tribunal emite sus fallos, recomendaciones y llamadas de atención con espíritu no sancionatorio de tipo penal, sino con un valor ético para mejorar el trabajo periodístico. Los medios de comunicación, también acorde con la ley de imprenta adoptan de manera permanente sus propios códigos de ética.
JZ: Si es así, si está de acuerdo con la Constitución, si prácticamente va a cumplir un siglo, porqué de forma cíclica diferentes gobiernos intentan aprobar leyes que contravienen estas normas beneficiosas como lo es ahora el proyecto 305.
ZA: Al menos en democracia ha habido cinco o seis iniciativas de imponer una ley mordaza. Nuestra interpretación es que lo único que se pretende es silenciar a la prensa, amedrentarla, propiciar la autocensura y la censura para evitar que cumplamos el trabajo de ir tras la búsqueda de la verdad en procesos de investigación para descubrir la corrupción, en el ámbito del Estado o en el sector privado. Nosotros tenemos la responsabilidad de realizar un trabajo de fiscalización al poder.
JZ: Diversos estudios comunicacionales coinciden en señalar que desde el ascenso al gobierno del expresidente Evo Morales se ha creado una suerte de hegemonía comunicacional al servicio del partido y del gobierno que alcanza aproximadamente al 80%.
El abogado Erick San Miguel no avala esta suposición porque no tiene datos fácticos para decir que realmente sea así.
ESM: Creo que hoy en día hay una libertad de expresión en Bolivia bastante amplia. Lo que sí me preocupa, más allá del tema de la libertad de expresión, es que modificar el Código Penal con un catálogo tan amplio de delitos, casi cualquier conducta puede ser delictiva. Pongo un ejemplo real, en el caso de terrorismo dice que es, entre otros, terrorismo, hacer explotar un artefacto explosivo. Un artefacto explosivo es un petardo o un cohete. En Bolivia, en las marchas que son muy habituales, sobre todo en La Paz, la gente siempre tira petardos. Ese hecho puede significar ya una limitación al derecho a la protesta. Y de hecho ya ha habido en esta semana un grupo de maestros que venían de Cochabamba, seguramente con petardos. Los detuvieron y eso sin que esté aprobada esta ley. Entonces, eso es lo que a mí me preocupa profundamente.
En el tema comunicacional hay un ambiente de libertad. El hecho de que, por ejemplo, estoy hablando libremente ahora, he sacado un artículo muy duro contra el gobierno en Página Siete no ha habido ni va a haber ningún problema. Puede haber evidentemente otras perspectivas y sería bien contrastarla con otros colegas.
JZ: Dice usted que hay ciertos movimientos, ciertas pretensiones que nos ponen en el umbral de un totalitarismo político. Podríamos agregar o poner frente a eso que hay de una u otra manera, una buena salud democrática para defender cierta convivencia social y tanto las instituciones como parte de la sociedad no va a permitir, así como así, que se haga cualquier cambio en el país.
ESM: Pienso que sí, porque a pesar de todo, la prensa, por ejemplo, los periodistas en general se mantienen independientes. Naturalmente, con todo derecho pueden tener una tendencia a la derecha, o a la izquierda, o al centro. Es normal. Los periodistas son seres humanos. Pienso que el tejido social, los sectores gremiales, el transporte, sindicatos, gozan de buena salud y al final son la garantía.
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