El litio se ha vuelto un tema cada vez más popular en la agenda mexicana. Tras el descubrimiento en 2019 de un yacimiento en Bacadéhuachi, un pequeño pueblo del estado norteño de Sonora, erróneamente catalogado como el más grande del mundo, se desataron los debates sobre quién explotaría las reservas.
La compañía china Ganfeng Lithium compró las concesiones del proyecto el año pasado, justo cuando presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador anunció que nacionalizaría el mineral.
Tras aprobar una ley que reconoce los yacimientos de litio como propiedad nacional en abril de 2022 y crear una empresa estatal, LitioMx, en agosto de ese mismo año, el presidente arrojó dudas sobre el futuro de la participación privada y extranjera en la industria mexicana del litio. En febrero de este año, López Obrador firmó un nuevo decreto para oficializar la nacionalización del mineral y dejar las reservas a cargo de la Secretaría de Energía.
Conocido como “oro blanco”, el litio ha tomado protagonismo por ser un componente esencial en las baterías de vehículos eléctricos y otras tecnologías necesarias para la transición energética, que se aleja de los combustibles fósiles. Con el reciente anuncio de los planes de Tesla para construir una fábrica en el estado de Monterrey, han aumentado las especulaciones de que México podría convertirse en un lugar clave en la transición energética.
Pero las controversias en torno al litio del país son amplias y abundan los interrogantes. Por un lado, hay dudas sobre el avance de la exploración de las reservas en Sonora y la dificultad de extraer litio de suelos arcillosos. Desde que el presidente declaró en febrero que “no permitiría que lo explotaran extranjeros”, aún no se sabe si México, recién llegado a la industria, tiene la tecnología y los conocimientos técnicos necesarios para extraer su propio litio. A esto se añaden las preocupaciones medioambientales que suscita la explotación minera en zonas del país que sufren la sequía extrema.
Diálogo Chino habló recientemente con Aleida Azamar, economista y experta en el tema de la minería en México con más de diez años de experiencia, para entender estas cuestiones. Azamar es investigadora y profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en Ciudad de México.
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