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Un año de Boric: en busca de una segunda oportunidad

El joven presidente chileno ha enfrentado importantes dificultades y decepciones, pero ha demostrado capacidad para pactar con sus adversarios un nuevo impulso político y seguir adelante.

democracia Abierta
21 marzo 2023, 11.14am


MARTIN BERNETTI / Contributor AFP

Gabriel Boric cumplió un año tras asumir como presidente de Chile. Se implicó muy intensamente en el proceso constitucional y sufrió una inesperada y dolorosa derrota en septiembre de 2022. El rechazo al nuevo texto obtuvo el 61% de los votos en un plebiscito constitucional que era, también, una evaluación directa de su popularidad.

Tras un resultado abultadamente desfavorable al nuevo texto de la carta magna, Boric realizó rápidamente cambios en su gabinete. Incluyó en la gestión a políticos moderados, y centró su programa hacia una ejecución más pragmática.

Al cumplirse los primeros 12 meses de gobierno, el equilibro de fuerzas entre la izquierda y centro izquierda se mantiene en el Palacio de la Moneda, equilibrio que el presidente asume al enfocarse más directamente en la gestión.

Desde sus primeras intervenciones como presidente, Boric se constituyó como un referente del progresismo en Chile y América Latina, con la legitimidad que le daba el hecho de que surgió de las protestas estudiantiles de 2011, cuando luchaba por una educación gratuita y de calidad. El liderazgo que logró dentro del movimiento estudiantil lo llevó al Congreso como diputado, y la sociedad chilena lo reconoció como un actor principal de la posible conciliación entre pueblo y poder, enfrentados en una tensión que iría en aumento hasta el violento estallido social del otoño de 2019.

Boric se convirtió en un protagonista destacado en el acuerdo nacional alcanzado para intentar salir de la profunda crisis social

Entonces, Boric se convirtió en un protagonista destacado en el acuerdo nacional alcanzado para intentar salir de la profunda crisis social y la violencia callejera. Entre los acuerdos alcanzados se dio inicio a un proceso constituyente, convenciendo incluso a sectores de derecha de la necesidad de una nueva constitución en Chile para salir adelante.

Como consecuencia de su inesperada victoria en la carrera presidencial, Boric moderó sus posiciones más radicales e impulsó acuerdos transversales con afirmaciones como "quiero que sepan que está en la voluntad de nuestro gobierno construir esos puentes y no dinamitarlos" en los que incluyó a sectores políticos que no pensaban como él, principalmente en la derecha, pero también con sectores de izquierda que no se sintieron representados por tal moderación. Algunos vieron los acuerdos como una traición y acusaron al presidente chileno de no cumplir con muchas de las promesas que hizo en campaña.

Una de las más relevantes fue ponerle freno al Tratado Transpacífico, que incluye a países como Canadá, Australia, Malasia, México, Japón, Perú, Vietnam y Nueva Zelanda. Durante su etapa de diputado Boric fue un opositor férreo a su ratificación, pero como jefe de Estado renunció a la facultad de frenar el acuerdo y ha negociado modificaciones en el documento de funcionamiento afirmando que: "Vamos a darle continuidad a esta importante cooperación multilateral que tenemos entre los países de la Cuenca del Pacífico de nuestra América”.

También resultó difícil de asumir por sectores de izquierda su cambio de posición con respecto al conflicto en la Araucanía

También resultó difícil de asumir por sectores de izquierda su cambio de posición con respecto al conflicto en la Araucanía, donde persiste un enfrentamiento histórico entre el Estado chileno y las comunidades mapuches por el reclamo de tierras ancestrales. El conflicto tiene componentes de violencia de alta intensidad que le han obligado a desplegar fuerzas de seguridad adicionales para intentar que la tensión no se desborde más.

Ha causado especial malestar el estado de emergencia que el gobierno impuso en mayo del año pasado en la Araucanía y Bíobío para controlar los ataques realizados por grupos mapuches radicalizadoas. Durante su campaña presidencial Boric insistió en que la militarización no era la forma de combatir la problemática de la región, sin embargo, con el estado de emergencia él mismo decidió remilitarizar la Araucanía y enfrentarse a los mapuches.

Otro reto que Boric debe resolver es el rechazo a su reforma tributaria. En marzo de 2023 la Cámara de diputados chilena rechazó su reforma tributaria, que implicaba cambios en las políticas sociales de Chile. La votación se cerró con 71 votos a favor y 73 en contra. Esta derrota significa un duro golpe del Congreso al presidente, que lo calificó como "un golpe a la esperanza".

La iniciativa era clave para el gobierno, ya que buscaba redistribuir la riqueza y recaudar el 3,6% del Producto Interno Bruto (PIB), cerca de 10.000 millones de dólares estadounidenses para financiar la mitad del programa social de gobierno propuesto por Boric en 2022. Ahora, la reforma podrá volverse a presentar un año después, lo que pone al presidente en aprietos ya que le será muy complicado financiar su propuesta de gobierno y se enfrenta a un Senado donde no cuenta con la mayoría de los votos.

El gobierno de Boric considera prioritario sacar adelante el nuevo proceso constituyente, que nace con algunas líneas rojas impuestas por la derecha

Uno de los principales argumentos de la oposición para tumbar la reforma es la coyuntura económica de Chile y las proyecciones hechas por el mismo Gobierno Boric sobre el crecimiento del PIB para 2023, que se espera sea de un -0,7%. Sebastián Piñera, expresidente y opositor, afirmó que: “Pretender aumentar en esa magnitud los impuestos, en medio de una economía estancada, con una crisis de crecimiento, que no es capaz de crear empleos, es un error".

Todo esto explica el giro de Boric hacia posturas más moderadas, y los cambios en su gabinete. A inicios de febrero de 2023 su índice de aceptación pasó de un bajo 24% a un aceptable 36%, en un cambio de tendencia que considera positivo después de haberse enfrentado una coyuntura compleja: una inflación alta, un conflicto de seguridad en tierras mapuches, la prórroga del estado de excepción, el rechazo al plebiscito, y una reforma tributaria fallida no son un escenario sencillo para nadie.

Pero Boric también ha tenido logros como el histórico aumento del salario mínimo, el acuerdo para el inicio de un nuevo proceso constituyente, tras el estrepitoso fracaso del proceso anterior, su gira por Canadá y Estados Unidos, la ratificación del Acuerdo de Escazú y su trabajo incansable por los derechos humanos.

El gobierno de Boric considera prioritario sacar adelante el nuevo proceso constituyente, que nace con algunas líneas rojas impuestas por la derecha. Muchos de los cambios estructurales que el presidente chileno propuso no los pudo realizar en su primer año porque estaban atados a la primera constituyente. En esta nueva oportunidad, Boric tiene que convencer a la ciudadanía en un tiempo récord y sabe que para ello tiene que sumar a la gran mayoría de fuerzas políticas y alcanzar un consenso de país

Otro reto en lo que resta de su mandato es tener una mejor relación con el Senado, donde la oposición es mayoría

Otro reto en lo que resta de su mandato es tener una mejor relación con el Senado, donde la oposición es mayoría. Este órgano le ha causado inconvenientes como: el rechazo a su reforma tributaria y el impedimento a nombrar un fiscal, algo que no había experimentado un presidente chileno en décadas.

Boric llegó al gobierno con propuestas progresistas radicales en políticas sociales, ambientales y económicas, generando expectativas importantes en la región. Su decisión de moderarse y girar hacia el centro para sobrevivir políticamente es un riesgo, ya que su discurso en campaña fue el de "vamos a jubilar a toda la vieja política chilena". Sin embargo, podría ser también el paso correcto para lograr un mejor diálogo con el Senado, apalancar su nueva constituyente y cumplir con algunas de las expectativas con las que llegó al poder.

Hay reformas que Boric quiere plantear que son urgentes en Chile como la de la salud y la de las pensiones. Hay factores que comienzan a jugar en su favor como el control de la inflación que por fin comienza a ceder. El gobierno entiende que tiene una gran oportunidad de recuperar popularidad con la celebración del 50 aniversario del cruento golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Boric quiere reunir el máximo número de altos mandatarios del mundo democrático y demostrar su apuesta decidida por la agenda de derechos humanos y de políticas sociales y ambientales que pueden darle el aval como líder de una renovación del progresismo a nivel regional que está haciendo mucha falta.

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