
Las ricas abortan. Las pobres mueren. Wikimedia Commons.
2018 ha sido un año de grandes logros y grandes desafíos para los derechos de la mujer en Latinoamérica. A pesar de muchísimos obstáculos, el movimiento feminista sigue avanzando en la exigibilidad y garantía de derechos sexuales y reproductivos, incluido el aborto, que tantos rechazos causan en la visión conservadora de muchos gobernantes en la región.
Gracias a su lucha y a su movilización continua, las mujeres siguieron ganando relevancia en los asuntos públicos, persiguiendo que la condición de género no sea una limitante para la igualdad de acceso y oportunidades en América Latina.
Una mirada a los hitos más destacados de esta lucha nos sitúa en una realidad muy dura, pero también muy esperanzadora. La reciente absolución de la joven Imelda Cortez en El Salvador, el increíble avance de la Marea Verde que conmovió a millones desde Argentina, y el asesinato de la regidora Marielle Franco en Río, son episodios destacados que han marcado el año que ahora concluye.
Por eso, te presentamos aquí nuestro análisis de estos tres episodios como una clave para entender el movimiento feminista en el 2018.
Absolución de Imelda Cortez
A sus 21 años, Imelda representa un símbolo de la lucha por acabar con los abusos en la represión del aborto en Centroamérica. La violación sistemática por parte de su padrastro desde los 12 años acabó en un embarazo negado, dando a luz a un bebé inesperado.
Una denuncia del mismo hospital al que acudió para parar la hemorragia llevó a Imelda a prisión preventiva durante 20 meses. El juicio, lleno de retrasos y dilaciones, amenazó con condenarla a 20 años por un supuesto intento de homicidio en lo que fue, simplemente, un parto accidentado.
Durante estos últimos meses, su caso se convirtió en un referente emblemático para el movimiento feminista en El Salvador que, desde el inicio, exigió su libertad.
Lo que le ocurrió a Imelda simbiliza los graves abusos contra los derechos de la mujer en un país que sigue siendo uno de los más restrictivos del mundo respecto al aborto.
Frenar la penalización del aborto como crimen carcelario sigue siendo una de las banderas de la lucha feminista, que quiere acabar de una vez por todas con políticas judiciales que siguen castigando a decenas de mujeres en la región.
Frenar la penalización del aborto como crimen carcelario sigue siendo una de las banderas de la lucha feminista, que quiere acabar de una vez por todas con políticas judiciales que siguen castigando a decenas de mujeres en la región.
Sobre todo a las mujeres más vulnerables que, enfrentadas a condiciones desiguales de acceso a la educación y al trabajo, siguen fuertemente discriminadas frente a los hombres.
Después de un largo calvario judicial y gracias a la movilización nacional e internacional, que se organizó para denunciar el caso y puso los focos en el tribunal, Imelda pudo finalmente reencontrarse con su hija.
Su absolución representa una victoria del compromiso de las mujeres latinoamericanas movilizadas por sus derechos.
La victoria de la Marea Verde
Un impresionante movimiento, conocido mundialmente como la marea verde, en Argentina inundó las calles con más de 500 organizaciones defensoras de los derechos de la mujer, y movilizó a cientos de miles de ciudadanos, que exigieron al Congreso argentino la despenalización del aborto.
Esta histórica movilización, que adquirió dimensiones internacionales, logró un enorme apoyo para que el aborto libre, seguro y gratuito avance en este país, y pueda consolidarse como derecho en los próximos años.
Esta larga lucha, que consiguió grandes logros este año, aún se enfrenta a desafíos muy serios, y a una reacción contraria igualmente organizada, potente e internacional.
Bajo el impulso de la marea verde y sin perder el entusiasmo ciudadano, el movimiento debe asumir nuevas metas como el desmontar importantes resistencias como la objeción de conciencia de algunos médicos o el lobby cristiano, que tanto peso siguen teniendo sobre la decisión final en el Congreso argentino.
La lucha seguirá durante el 2019. Las defensoras, más activas que nunca, han logrado crear un movimiento emergente que tiene contra las cuerdas a la dirigencia argentina.
Conseguir que el Congreso apruebe una ley que garantice un acceso al aborto seguro y gratuito sentará precedente, y animará a otras luchadoras que se enfrentan a iguales desafíos y resistencias en toda la región.
El asesinato de Marielle y el movimiento #EleNao
El asesinato de Marielle Franco, una líder local electa en el gobierno municipal de Río de Janeiro, simboliza la terrible situación en que se encuentran los derechos de las mujeres, activistas, sobre todo de las que pertenecen a minorías afros o indígenas.
Marielle encarnaba un ejemplo exitoso de superación de una condiciones tremendamentedesiguales, movilización política y lucha por los derechos de las minorías en Brasil. Por eso su asesinato fue un crimen político.
Bajo la consigna #EleNao, miles de mujeres, conscientes de los riesgos del discurso machista, xenófobo y racista del candidato, llenaron las calles de las principales ciudades del país para intentar detener el ascenso de Bolsonaro al poder.
Y ahora, las actitudes abiertamente machistas del nuevo presidente electo representan un más que probable retroceso en la agenda pública brasileña para los derechos de las mujeres y de las minorías, y seguramente dejarán el crimen impune.
Desde los primeros días de campaña, la corriente ascendente del apoyo al ultraderechista Jair Bolsonaro y su expectativa de triunfo en la segunda vuelta provocó una reacción muy fuerte del movimiento feminista.
Bajo la consigna #EleNao, miles de mujeres, conscientes de los riesgos del discurso machista, xenófobo y racista del candidato, llenaron las calles de las principales ciudades del país para intentar detener su ascenso al poder.
La abierta protesta de miles y miles de mujeres contra el candidato bajo el hashtag #EleNao se convirtió en viral, que canalizó millones de respaldos nacionales e internacionales, y que se tradujo en protestas masivas en las calles.
Pero la dimensión de la movilización generó también una fortísima reacción en contra por parte de las fuerzas más conservadoras, encabezadas por la iglesia evangelista.
Esta reacción consiguió unir a muchísimos votantes a favor del candidato ultraderechista, bajo el hashtag #EleSim, y presentarlo como víctima de ataques injustos, abundando en una imagen construida a partir del atentado que puso en riesgo su vida.
El reto de este movimiento es seguir con constancia oponiéndose a cualquier retroceso que el nuevo gobierno quiera implementar, y desafiar la agenda retrógrada del presidente electo.
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Estos tres hitos marcaron el año del movimiento feminista en la región. La continuidad de cada uno de estos frentes de lucha garantizará el avance de este potente movimiento social que, como hemos visto, emergen con fuerza inusitada y a la vez encuentran resistencias formidables.
La agenda de las mujeres vendrá marcada por su capacidad de desplegar estrategias que permitan seguir tejiendo redes de solidaridad transnacionales, y de ser capaces de incidir en avances y evitar retrocesos en una América Latina que gira peligrosamente hacia la derecha más machista y conservadora.
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