La cooptación del Ministerio Público se puso aún más claramente en evidencia el pasado viernes 23 de julio, cuando la fiscal Consuelo Porras destituyó al respetado fiscal Juan Francisco Sandoval, jefe de la Unidad Especial de Persecución de la Impunidad, y encargado de decenas de investigaciones contra funcionarios corruptos del gobierno, incluyendo casos vinculados al presidente Giammattei. Con la captura de la Corte de Constitucionalidad y el Ministerio Público, Guatemala se vuelve cada vez más propensa a convertirse en una cleptocracia, donde la corrupción y las violaciones a los derechos humanos amenazan el bienestar y la seguridad de la población. Más aún debido a que una nueva "ley de ONGs" amenaza la libertad de asociación y de expresión, debilitando enormemente la importante función de vigilancia que cumplen las ONG, que es crucial para defender la democracia y los derechos humanos en cualquier país.
Las protestas masivas necesitan apoyo internacional
Estos preocupantes acontecimientos, agravados por la pandemia de la Covid-19 que desborda el débil sistema sanitario del país, han provocado la desesperación de la población. A las repetidas peticiones de dimisión de Giammattei por su pésima gestión de la pandemia, incluso por parte del Defensor del Pueblo del país, se sumó ahora una huelga nacional sin precedentes el jueves 29 de julio, para exigir la dimisión del presidente Giammattei y de la fiscal Consuelo Porras.
De esta manera, la población espera repetir las impresionantes protestas sociales que llevaron a la renuncia del corrupto presidente Otto Pérez Molina en 2015. Para ello, necesitan el apoyo internacional.
Aunque Guatemala no suele estar en el centro de la atención internacional, últimamente Estados Unidos se ha interesado por el país. El mes pasado, la vicepresidenta Kamala Harris se reunió con varios operadores de justicia exiliados, y unos días más tarde se reunió con el presidente Giammattei. Anunció el apoyo de Estados Unidos para combatir la corrupción, proporcionar ayuda humanitaria y promover la inversión en Centroamérica. La destitución de Sandoval y su posterior huida del país ha llevado a Estados Unidos a suspender su colaboración con el Ministerio Público de Guatemala.
Hasta ahora, Europa ha permanecido alarmantemente callada en relación con estos acontecimientos en Guatemala. Debería seguir el cambio de política de Estados Unidos y tomar medidas urgentes. Un sistema judicial ineficaz en Guatemala presenta un escenario preocupante en relación con las redes de narcotráfico ya existentes, que tienen un fuerte arraigo en Centroamérica y México, y que apuntan cada vez más a Europa.
La delincuencia y la corrupción mantienen intactos los flujos migratorios, ya que no es sólo la pobreza de lo que huyen los migrantes. Ha llegado el momento de que Europa reclame la recuperación del Estado de Derecho. Y lo que es más importante, es necesario impulsar los derechos humanos y la justicia para apoyar a las víctimas y a los operadores de justicia que luchan por conseguir justicia en medio de la impunidad. Europa les ha apoyado durante mucho tiempo, no puede defraudarles ahora.
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