En el año 2000, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas específicamente "reafirmó el importante papel de las mujeres en la prevención y resolución de conflictos, negociaciones de paz, consolidación de la paz, mantenimiento de la paz, respuesta humanitaria y en la reconstrucción posterior al conflicto y subrayó la importancia de su participación equitativa y su plena participación en todos los esfuerzos para el mantenimiento y la promoción de la paz y la seguridad ".
Igualmente, la literatura sobre procesos de democratización y negociaciones de paz ha demostrado que las mujeres desempeñan un papel esencial en la configuración de los resultados políticos. Si este es el caso, ¿por qué vemos que las mujeres siguen estando poco representadas en las transiciones contemporáneas?
El caso de Venezuela es un ejemplo perfecto para ilustrar cómo, a pesar de que las mujeres a diario desempeñan un papel crucial en la movilización y organización contra el régimen, son los hombres los que dominan los debates públicos, el discurso, el liderazgo y los nombramientos para cargos claves dentro de la oposición.
El trabajo de la socióloga venezolana Verónica Zubillaga sobre las respuestas de las mujeres a la violencia urbana militarizada en Caracás destaca las múltiples formas en que los grupos de mujeres de base desarrollan una agencia resistente en contextos de alto riesgo. Su trabajo documenta un barrio donde una organización de mujeres pudo negociar con éxito un cese al fuego con actores armados locales. No vemos ninguna razón por la que estas lecciones no puedan extrapolarse y expandirse para aplicarlas a las dinámicas políticas actuales en el país.
Podemos aprovechar una gran cantidad de ejemplos fuera del contexto venezolano que revelan la importancia de incluir a las mujeres en las transiciones y los contextos pos-conflicto.
En Irlanda del Norte, mujeres como Monica McWilliams y May Blood jugaron un papel clave en las negociaciones que llevaron al Black Friday Agreement. Crearon la Coalición de Mujeres de Irlanda del Norte, que influyó directamente en el contenido del Acuerdo al ampliar la agenda para incluir temas sociales. También fueron capaces de atravesar divisiones políticas y religiosas, crear confianza pública y "dieron una cara humana al conflicto".
En el país vecino, Colombia, también vimos una participación activa de mujeres en La Habana: en la mesa principal de negociaciones, en la Subcomisión de Género, como representantes de las víctimas del conflicto y como líderes de organizaciones de mujeres. Phumzile Mlambo Ngcuka, directora de ONU Mujeres señaló que en Colombia: "el éxito [y la participación efectiva] de las mujeres subraya la evidencia de que la participación de las mujeres aumenta la posibilidad de lograr un Acuerdo de Paz".
En Liberia, Guatemala, Burundi, Somalia y Sudán, las organizaciones de mujeres han sido clave para exigir la firma de procesos de paz. Una investigación realizada por ONU Mujeres destaca que la participación de las mujeres en las negociaciones de paz aumenta la probabilidad de una paz duradera.
Comentarios
Animamos a todo el mundo a que haga comentarios, Por favor, consulte las intrucciones de openDemocracy para comentarios