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El 'avión del odio', y el auge de CitizenGo

La plataforma derechista ha coordinado peticiones masivas, combinando acciones on-line y off-line. Su alcance está creciendo, alarmando a los activistas por los derechos humanos. English

Lara Whyte
27 septiembre 2017
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El “autobús del odio” de CitizenGo en Nueva York. Foto: Erik McGregor/PA Images. Todos los derechos reservados.

En España, durante el pasado mes de agosto, los turistas y los amantes de la playa fueron sorprendidos con la visión de un avión naranja brillante, volando sobre sus cabezas, declarando su oposición a una propuesta de ley contra la discriminación basada en la orientación sexual. Entre otras cosas, el proyecto de ley consideraría multar a las empresas y organizaciones por incumplimiento. El proyecto ha sido respaldado por el partido de izquierda ‘Podemos’ y activistas por los derechos LGBT. 

El avión llevó una bandera con la advertencia: «Vienen por tus hijos». Los activistas de derecha que planean impedir esta ley dicen que el proyecto de ley es parte de un intento de las «clases políticas» de «adoctrinar a nuestros hijos» y conceder «privilegios a ciertos grupos por encima de los derechos de todos». 

Aquellos que deseaban evitar lo que ya se ha llamado «el avión del odio» no pudieron hacerlo ya que las ubicaciones exactas por dónde iba a volar, entre Cádiz y Gerona, se mantuvieron en secreto. El polémico truco es la última acción off-line de CitizenGo, un centro on-line para activistas conservadores que se lanzó en 2010. Es conocido por coordinar peticiones electrónicas a gran escala, como contra los derechos de las personas trans y el aborto, y ha sido descrito como la contraparte de derechas de sitios como MoveOn.org y Change.org. 

Pero el impacto que este grupo está buscando está fuera de internet, y está organizando cada vez más acciones en el mundo real. La presentación del «avión del odio» le sigue a la polémica acción de principios de este año, después de que activistas pintaran un autobús con eslóganes transfóbicos  como «los muchachos tienen penes, las niñas tienen vulvas, no se deje engañar», y lo llevaron a una gira por ciudades de toda España. 

El «autobús de la libertad» (como los activistas lo llamaron) provocó protestas y contra-protestas muy grandes. Finalmente fue retirado de circulación y prohibido en Barcelona, Madrid y Pamplona por las autoridades locales. CitizenGo, sin embargo, no aminoró su paso. Más bien, su auge y alcance creciente han alarmado a los activistas por los derechos humanos. 

En la fábrica de ideas Political Research Associates de los EE.UU., Cole Parke, que investiga temas LGBT y de género, dijo que el crecimiento de grupos como CitizenGo contrasta con las creencias de algunos «activistas progresistas ... que la oposición es una minoría envejecida y cada vez más irrelevante». Parke dijo: «La habilidad demostrada en internet por la derecha (y la expansión del poder político) sugieren que aquello no es en absoluto el caso». 

El auge de CitizenGo 

CitizenGo comenzó en España, como un proyecto de otra organización polémica llamada HazteOir. Actualmente afirma tener millones de partidarios en más de 50 países. En el Reino Unido, el voluntario portavoz de CitizenGo, Mario Velasco, me dijo: «Somos ciudadanos activos que creen que es posible vivir en una sociedad donde la familia y la libertad de expresión, la religión y la vida son una prioridad. El Internet nos proporciona una herramienta, que no es buena ni mala. Pero tenemos el deber moral de usarla para el bien, y ese es nuestro principal objetivo».

HatzeOir fue fundada en el año 2001. A principios de este año, un equipo de investigadores en España rastreó los vínculos entre esta organización y «El Yunque», una misteriosa sociedad secreta que supuestamente tiene células en todo México y Estados Unidos, movilizadas para «defender la religión católica y luchar contra las fuerzas de Satanás a través de la violencia o asesinato», según el periodista de investigación mexicano Álvaro Delgado. Anteriormente, en 2014, una jueza desestimó la demanda de HazteOir con relación a los vínculos entre los grupos.

CitizenGo se describe como «pro-familia» y defensora de la vida, la familia, la libertad y la dignidad. El abogado madrileño Ignacio Arsuaga, que según consta es el bisnieto del fallecido dictador General Francisco Franco, se sienta al frente tanto del avión como de HatzeOir.

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«Ellos se han modelado tímidamente en MoveOn.org, Change.org u otros sitios de peticiones», me dijo la activista y abogada de derechos humanos Naureen Shameem. Ella trabaja por la Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo (AWID) y está monitoreando las reacciones contra los derechos sexuales y reproductivos y el creciente activismo «anti-derechos», en la ONU en particular. 

CitizenGo ha estado en el radar de AWID por algún tiempo, ya que Arsuaga también se sienta en el consejo de un grupo llamado el Congreso Mundial de las Familias que organiza grandes conferencias regionales e internacionales para crear alianzas entre grupos «pro-familia».

Shameem dice que estas organizaciones «con frecuencia hablan e intentan apropiarse del lenguaje de los derechos humanos para sus propios fines». Ella agrega: «el enfoque de lo que hacen está orientado por el poder. Una manipulación de los argumentos religiosos para aumentar el poder y socavar la universalidad de los derechos».

Poder y derechos

La campaña más grande de CitizenGo hasta la fecha ha sido una petición de «apoyo» a la madre y el padre del niño británico Charlie Gard, enfermo terminal, que reunió más de medio millón de firmas en todo el mundo. Velasco dice que la plataforma decidió involucrarse en este caso debido a su oposición al estado, más que a la familia, de decidir lo que era en el mejor interés del niño.

Los crecientes grupos de derecha conservadores y religiosos están apelando a lo que denominan «derechos de las madres y de los padres» en sus intentos de fortalecer su «concepto jerárquico y tradicional de la familia», según un informe escrito por Shameem y publicado a principios de este año por el nuevo Observatorio sobre la Universalidad de los Derechos.

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Infografía sobre lxs actores anti-derechos y sus conexiones. Infografía: Iniciativa OURs.

El Internet, dice Velasco, es la principal herramienta de CitizenGo «para promover la vida y los valores de la familia en las sociedades occidentales». Muchas de sus peticiones se centran en revertir o prevenir conquistas sobre los derechos LGBT y el acceso de las mujeres al aborto y a la anticoncepción. Otras se han centrado en los cristianos perseguidos en Oriente Medio y llaman a cerrar los centros de refugiados en Polonia.

Incluso hay una petición que agradece a Domino’s Pizza por su «apoyo» para una marcha contra el aborto en la Ciudad de México. Dice: «Estoy muy feliz de saber que hay empresas que son humanamente responsables y comprometidas con el primer derecho, el derecho a la vida». 

Pero Velasco agrega: «Estamos tratando de conseguir que la gente trabaje también fuera de línea». Me dijo: «Tenemos campamentos de verano para el entrenamiento de CitizenGo, también organizamos eventos en las Naciones Unidas. Hace poco enviamos gente a trabajar en Irak en campos de refugiados. Tenemos una variedad de actividades alrededor del mundo».

En numerosos países CitizenGo se ha vinculado con otras organizaciones de ideas afines, incluyendo las bases y grupos comunitarios «pro-familia». «Se han vuelto mucho más activos a nivel regional», añade Shameem. 

El autobús transfóbico que se sacó de las calles de las ciudades españolas también apareció al otro lado del Atlántico en los EE.UU. Recibido con protestas durante su aparición en Nueva York, el autobús continuó hasta Connecticut, Filadelfia y Baltimore antes de su parada final en Washington DC.

Utilizando las oportunidades que ofrecen  las plataformas de las redes sociales, dice Velasco, es cómo CitizenGo trabaja a través de las fronteras. Las peticiones consideradas potencialmente «prioridades globales» por los activistas se traducen a siete idiomas para lograr el máximo alcance. 

«Es el Internet que nos ayuda a entender los sufrimientos de las personas en todo el mundo», dice Velasco, dice entusiasmado. «Entendemos que no importa donde estés en el mundo, puedes intentar cambiar el mundo. No se trata sólo de su país, sino de la humanidad».

Humanidad de derecha

En la usina de ideas Political Research Associates, Parke dice que es crucial considerar y desafiar la versión específica de humanidad que está siendo promovida. «Las campañas de CitizenGo están indiscutiblemente unidas por una ideología compartida – una que es explícitamente anti-LGBTQ y anti-aborto», me dijeron. 

«Además, la plataforma promueve una radical (y peligrosa) redefinición de la libertad religiosa». 

Parke dijo que el concepto de libertad religiosa estaba «destinado a servir como un escudo contra la imposición religiosa», pero que grupos como CitizenGo están tratando de usarlo como «una espada de hegemonía cristiana derechista».

Parke describió una «ecuación de derecha estándar nacida en los Estados Unidos: promover una agenda opresiva arraigada en el avance del heterosexismo, la supremacía blanca y la hegemonía cristiana movilizando el resentimiento contra las comunidades marginadas». 

CitizenGo no es el único grupo que ha utilizado la Internet para clics, auto-promoción e intentos de influencia política. También alienta a otras organizaciones políticamente similares a utilizar su sitio web para hacer lo mismo. 

¿Puede el campo digital amplificar las opiniones de estos grupos, hasta el punto de cambiar realidades fuera de línea? Este es ciertamente su objetivo. En España, los esfuerzos para bloquear la propuesta de ley de igualdad (el enfoque del «avión del odio» de CitizenGo) probablemente aumentaron antes de la votación en septiembre.

La tramitación de la ley fue finalmente aprobada por el Congreso. Sin embargo, los debates, estrategias y tácticas adelantadas por CitizenGo y sus aliados continuarán. Los activistas de derechos humanos siguen en alerta máxima.

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