La crisis ministerial del presidente Petro inició en febrero de 2023, cuando despidió a tres de sus ministros, incluido Alejandro Gaviria, su apuesta para obtener el apoyo del centro político, y María Isabel Urrutia, una popular medallista olímpica. También destituyó a Patricia Ariza del ministerio de cultura sin que, a la fecha, haya cubierto esa vacante. Esto ha despertado gran malestar en el mundo cultural colombiano, que acusa al presidente de despreciar la cultura tanto o más que su predecesor, el conservador Iván Duque.
La última semana de abril, la inestabilidad gubernamental hizo que Petro despidiera a otros siete ministros, incluyendo el ministro de hacienda. Esto generó malestar en la ciudadanía y en los grandes medios de comunicación, que censuran su actuación aparentemente impulsiva y arbitraria.
De esta larga lista de problemas, resaltan la falta de estructura y planeación para lograr la transición energética, una de sus grandes apuestas de campaña. Según el Plan Nacional de Desarrollo, la hoja de ruta para los próximos cuatro años, se aumentaría del 1 al 6% la transferencia por la venta de energía de los proyectos de energías renovables, lo que los haría inviables financieramente.
Adicionalmente, desde su nombramiento la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, filósofa de formación, ha enfrentado numerosas polémicas debido a su inexperiencia en el sector, y a su falta de capacidad para nombrar funcionarios con conocimiento técnico que la apoyen en sus decisiones.
Discursos y desaprobación
En un intento de recuperar terreno, el pasado primero de mayo de 2023 Petro dio un discurso en la Plaza de Armas, frente a la Casa de Nariño, ante la multitud que se movilizó para oírlo ese día.
Antes de llegar a la plaza, el presidente colombiano le dijo a sus nuevos ministros: "vamos hacia un campo de batalla en el que hay que triunfar". En su discurso, quedó claro que Petro busca acelerar sus reformas pendientes, la de la salud, la laboral y la agraria, a través de la movilización ciudadana, aunque muchos se preguntan dónde quedó Francia Márquez, la líder popular, hoy vicepresidenta, cuyo apoyo a Petro fué decisivo para alcanzar la presidencia.
“No nos dejen solos en estos palacios enormes y fríos”, afirmó el mandatario a la multitud, compuesta en su mayoría por miembros de los grandes sindicatos del país. “La gran revolución en marcha demanda una clase trabajadora que se movilice, que luche, que se organice, que se una: este gobierno quiere una alianza con el pueblo trabajador, una alianza a fondo, inquebrantable”, añadió.
Según la visión del presidente, las reformas sociales siempre dependen de la lucha y la capacidad de presión de los trabajadores, e hizo un llamado a que los movimientos sociales, especialmente a los campesinos, se movilicen para conseguir que el Congreso apruebe sus reformas.
También mencionó la necesidad de volver a la "función social de la tierra", pero sin expropiaciones, y apeló al mito del general José María Melo, un expresidente olvidado en la historia de Colombia al cual recurre como referente de lo que él llama "reconstruir la Gran Colombia" algo que solo es posible si es apoyado, según Petro, por los artesanos y el "pueblo trabajador". Los críticos recuerdan que Melo no fue un dirigente indígena, como dice Petro, y que llegó al poder gracias a un golpe de Estado.
No hubo alusiones al M-19, a la Paz Total o al Frente Amplio. Aunque sus palabras pueden ser inspiradoras, pueden sonar grandilocuentes y llenas de retórica para la mayoría. Y ante la importante resistencia al cambio y sin el apoyo de los partidos tradicionales, parece que a Petro solo le quede recurrir a la protesta social para pasar sus proyectos.
Según la quinta medición de Invamer Poll, publicada la última semana de abril de 2023, la desaprobación del presidente sigue aumentando: el 57% de los encuestados desaprueba su labor, y solo el 35% la aprueba. La imagen del presidente colombiano cayó seis puntos porcentuales desde la última medición en febrero de 2023 y la despoblación actual casi iguala la del expresidente Iván Duque en el mismo momento de su gobierno.
Aunque todavía es temprano para decir si Petro fracasó o tuvo éxito, sus primeros nueve meses muestran hasta qué punto es difícil el cambio en Colombia. En entrevista al diario español El País durante su visita a Madrid esta semana, Petro declaró: “Si los cambios se dan, será porque el pueblo quiere. Hasta donde el pueblo quiera. Ni un metro más, ni tampoco un metro menos. Hasta donde el pueblo quiera”.
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