Demandan que se vaya el gobierno, que se convoque a una Asamblea para una nueva Constitución. Es curioso, porque siempre nos hemos quejado de que no tenemos ciudadanos empoderados. Y esto se debe a muchas razones. Ahora aparecen ciudadanos empoderados que hacen demandas políticas que son perfectamente legítimas en la medida en que no recurran a la violencia, entonces nos quejamos y decimos: no hacen demandas sociales, hacen demandas políticas.
Efectivamente es muy difícil atender a las demandas que hace la población en situación de rebeldía.
Si usted ve, como todos, gracias a las grabaciones que se puedan hacer con un teléfono, hay muchas grabaciones que muestran lo organizada y encrespada que está esta población. Hay un video impresionante, en Juliaca, si no me equivoco, al sur de Perú. Es un desfile muy concurrido, de comuneros que van gritando: Guerra Civil.
Entonces creo que atender a esta situación requiere mucho tacto, manejo fino y legitimidad en lo que se haga. No es el caso del gobierno de Dina Boluarte, por lo que creo que este gobierno debería renunciar. No me atrevería a decir cuál es la salida para esta situación. Sería una audacia y una imprudencia.
JZ: Analistas internacionales consideran que uno de los problemas que tiene el sistema político peruano es que el Parlamento goza de excesivo poder y este hecho es una fuente permanente de conflicto entre el Parlamento y el Ejecutivo. Además, y permítame agregar a esta pregunta, es evidente que los integrantes del Congreso peruano no quieren irse por ningún motivo.
LP: Eso último es evidente. No quieren irse por razones que tienen que ver con la calidad de la representación que ostentan. Son personas que han sido elegidas sin tener una trayectoria política y representan intereses particulares: de la minería ilegal, de las universidades que no tienen estatus legalizados y pretenden seguir funcionando, incluso el narcotráfico.
Hay este tipo de grupos de interés, no solamente porque quieren representantes que los protejan, que les den ventajas, sino que pretenden que esto se prolongue todo lo posible.
La demanda de que se vaya el Congreso es irrealizable porque estos señores y damas quieren permanecer en los puestos todo hasta el 2026, que es el periodo para el que fueron elegidos.
En cuanto al poder del Parlamento sobre el Poder Ejecutivo, es verdad que hay un artículo constitucional impreciso que autoriza a vacar al presidente por incapacidad moral. Este es un término desafortunado que tenía vigencia cuando fue introducido en las primeras Constituciones del Perú en el siglo XIX.
Tenía sentido para aludir a un alterado estado mental del presidente, algo que podía ocurrir. El término se ha mantenido en la Constitución pese a que nadie habla -cuando una persona padece un problema mental- de incapacidad moral. Bajo esta fórmula se puede camuflar cualquier argumento, por débil que sea. Ahí hay un problema constitucional que debería resolverse.
Pero creo que el problema más importante proviene de otra cosa: el sistema electoral. En el Perú tenemos el sistema de primera y segunda vuelta. Así, usted puede tener, como ocurrió con Castillo, un candidato que en primera vuelta obtiene 13 o 15% de la votación y que en segunda vuelta gana con 51%. Sin embargo, el Parlamento es elegido en una sola vuelta, sin importar qué proporción de la población vota por ellos. Esto da lugar a que la composición del Parlamento no tenga ninguna relación con las fuerzas que apoyan al candidato presidencial que gana en la segunda vuelta. A partir de los últimos 15 años hay una discrepancia entre la representación parlamentaria y las fuerzas que han elegido en segunda vuelta al presidente.
Esto tendría que ser resuelto con un sistema como el francés, mediante el cual cuando un candidato al Parlamento no obtiene mayoría en la primera vuelta, van a segunda vuelta para elegir a este representante.
JZ: Usted dijo al pasar, yo no sé cuál es la solución a la crisis, pero cualquiera que esta sea pasa por el diálogo. Y aquí no veo que el Gobierno tenga en este momento voluntad de diálogo, ni mucho menos. Se tiene la certeza pública de que el Gobierno considera que esto se va a solucionar con el tiempo, de que la gente se va a cansar con las protestas y que todo va a volver como los ríos, a su cauce normal.
LP: Hay que decir que lo que usted ha dicho, es absolutamente exacto, pero también que tampoco de la otra parte hay voluntad de diálogo.
JZ: Sí, tiene usted razón.
LP: Estamos en una situación muy complicada porque de ninguno de los dos lados hay una actitud de disposición al diálogo o al entendimiento, a buscar una fórmula de acuerdo. Creo que -y me repito- la condición para que se produzca un proceso de diálogo que es indispensable para salir del enfrentamiento y de la violencia, es que Dina Boluarte renuncie a la presidencia. Me parece que su falta de legitimidad por resultados es muy clara.
En la medida en que el Gobierno siga haciendo gestos de distanciamiento y de denuncia frente a los reclamos de esta población que no acepta el mandato, la situación se agravará. No le diría que cada día, pero con enorme frecuencia las autoridades gubernamentales descalifican, rechazan la movilización.
Al ministro de Educación, Óscar Becerra, los periodistas le preguntaron acerca de las mujeres aimaras que cargan los niños en la espalda como es la práctica usual de esta población y que habían recibido bombas lacrimógenas disparadas al cuerpo por la policía. Hay videos, fotos que muestran esto. El señor ministro de Educación dijo que esto demostraba que estas mujeres no tenían con sus niños la consideración que incluso los animales tienen con los suyos (declaración del ministro: "ni siquiera los animales exponen a sus hijos ... ¿se les pueden llamar madres a las que llevan a sus hijos y los exponen a la violencia de la que estamos siendo testigos, a ese extremo de manipulación podemos llegar?”
Este es el tipo de declaraciones desafortunadas. El ministro sigue en el cargo. Varias voces, Transparencia Internacional entre ellas han pedido su renuncia o destitución. Este tipo de declaraciones constantemente agravan la situación, aleja la posibilidad de diálogo.
Para entablar un diálogo el primer requisito que tendría que darse es la salida de este gobierno, su sustitución por uno que tenga algún tipo de sensibilidad ante lo que está ocurriendo.
LZ: Es evidente que la crisis debe resolverla el pueblo del Perú, que a él le corresponde en soberanía buscar un camino de salida. Dicho lo cual. ¿Debería tener la comunidad internacional alguna actitud, alguna acción respecto del Perú?
LP: Sí, porque los actores peruanos no están dando muestras de tener la disposición, la capacidad o la sensibilidad, como dije hace un momento, para enfrentar una situación que sumamente compleja. La más compleja de los últimos 100 años y no exagero. Creo que se necesita una intervención de la comunidad internacional en el sentido de demostrar preocupación en los ámbitos que corresponden, que son los de las organizaciones internacionales de las cuales el Perú es parte. Pedir explicaciones.
Ya la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha hecho algo, ha pedido que se investiguen las muertes ocurridas en varios lugares del país.
Por ese camino se tiene que avanzar y me atrevo a decir algo más. Las organizaciones sociales, las de la sociedad civil de otros países, también deberían mostrar de una forma u otra esta preocupación que es oportuna en situaciones críticas. Eso no es intervención en los asuntos internos de un país, es mostrar preocupación por una situación grave, que no se resuelve ni muestra vías para hacerlo.
Comentarios
Animamos a todo el mundo a que haga comentarios, Por favor, consulte las intrucciones de openDemocracy para comentarios