Los ataques a la sede de los poderes públicos en la capital brasileña el último domingo no hicieron ningún favor al movimiento de la derecha radical y neofascista.
Los actos de vandalismo contra los edificios en la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia estuvieron lejos de lograr el apoyo institucional de las Fuerzas Armadas, objetivo principal de los apoyadores del expresidente Jair Bolsonaro, que no aceptan los resultados de las elecciones de octubre y claman desde entonces por una intervención militar y la detención del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Por el contrario, los ataques violentos del 8 de enero han sido caracterizados por muchos como actos terroristas y repudiados por figuras prominentes de la derecha. El propio Bolsonaro acabó condenando la violencia extremista. “Depredaciones e invasiones de edificios públicos … están fuera del régimen [de la democracia]”, escribió en Twitter desde Florida, seis horas despoués del inicio del asalto, una vez que ya había quedado claro que el Ejército no llevaría adelante ningún golpe.
Un verdadero fiasco. Pero de forma inmediata y casi orgánicamente, grupos bolsonaristas activaron el modo reparación a través de las redes sociales, especialmente Telegram. La estrategia sería culpar a la izquierda por los ataques, propagando la teoría de que partidarios de Lula infiltrados promovieron la violencia para desacreditar las manifestaciones “pacíficas” de la derecha. Por inverosímil que parezca, no podemos desestimar la capacidad de estos grupos fanáticos para creerse sus propias mentiras.
“Todo armado, estudiado, contratado y bien orquestado de antemano por el propio sistema, [el Partido de los Trabajadores, [Movimiento de los Sin Tierra], [Partido Socialismo y Libertad] y otros para acabar con las manifestaciones que duraron 70 días”, argumenta un bolsonarista el Twitter, que incluyó un video de TikTok, que promueve la retórica. La cantidad de tuits similares en circulación es impresionante.
Cualquier brasileño hoy que no viva exclusivamente en una cámara de eco ha recibido de conocidos algún video que supuestamente demuestra la presencia de izquierdistas entre los vándalos. Es difícil luchar contra este tipo de desinformación, pero es importante resaltar algunos hechos a nuestros contactos que comparten este tipo de contenido.
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