Para defender sus teorías, Bolsonaro citó un supuesto ataque hacker al TSE durante las elecciones de 2018, a pesar de que la Policía Federal no haya encontrado indicios de fraude o manipulación de votos. Desde que las implementó en 1996, Brasil no ha registrado fraude alguno en las urnas electrónicas.
Durante su discurso de un poco más de 45 minutos, Bolsonaro emitió 20 declaraciones en contra del proceso electoral. Las intenciones de Bolsonaro son claras: descalificar los resultados de las elecciones, declarar fraude generalizado, y mantenerse en el poder a la fuerza, si es necesario. En respuesta a sus ataques a las instituciones democráticas, el gobierno de Estados Unidos defendió el sistema electoral brasileño. “Las elecciones llevadas a cabo por el sistema electoral y las instituciones democráticas de Brasil, capaces y comprobadas por el tiempo, sirven de modelo para las naciones del hemisferio y del mundo”, dijo un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. el martes, 19 de julio.
Los ataques de Bolsonaro no son nuevos. Pero la reunión preocupa porque el presidente convocó a representantes internacionales como audiencia de una presentación sin ningún fin diplomático. “Sabíamos lo que iba a decir, eso no fue una sorpresa”, uno de los embajadores presentes dijo a Reuters. “Pero es bastante inusual convocar a la comunidad diplomática para hablar de un tema doméstico”, explicó.
Los intentos de Bolsonaro de poner en duda el más que probable resultado en su contra preocupa a la comunidad internacional desde hace tiempo. Ya en 2021, el director de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) Wlliam Burns había advertido a oficiales brasileños en relación a las acciones antidemocráticas del presidente brasileño, infoprmó Reuters en mayo de este año.
El bolsonarismo y la violencia política
Las elecciones de 2022 también se darán en un contexto de aumento de la violencia política en Brasil. Este mes, la muerte del guardia municipal y tesorero del PT, partido de Lula, Marcelo Aloizio de Arruda, en Foz do Iguaçu, en el estado de Paraná, puso a Brasil en alerta. El sospechoso es el policía criminal federal Jorge José da Rocha Guaranho, un partidario fervoroso de Bolsonaro. Arruda sufrió los disparos durante la celebración de su cumpleaños, que tenía como tema al PT y a Lula.
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