Un tribunal de Brasil ha concedido al pueblo indígena Kinja un derecho de respuesta sin precedentes a las invectivas racistas, en una medida que, según los expertos jurídicos, podría suponer un cambio en el juego [MASR1] contra[MASR2] la creciente discriminación por parte del gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
En su fallo, la jueza federal Raffaela Cássia de Sousa, con sede en [MASR3] Manaus, ordenó a los sitios web oficiales del gobierno que publicaran una carta del pueblo indígena kinja (también llamado Waimiri-Atroari) durante 30 días, entre otras medidas.
La decisión, emitida el 30 de marzo, es consecuencia de una serie de declaraciones ofensivas de funcionarios del gobierno sobre la resistencia del grupo indígena a la construcción prevista de una línea de transmisión de energía eléctrica de 720 kilómetros (450 millas) que atravesará su reserva indígena Waimiri-Atroari en la selva amazónica.
"Por primera vez se les dará espacio en el sitio web presidencial", dijo Jonas Fontelle, abogado de la Asociación Indígena Waimiri-Atroari. "Quieren ser escuchados".
En enero, Bolsonaro dijo que los indígenas eran los responsables de la paralización del proyecto: "Los indígenas quieren dinero... mientras que el pueblo de Roraima [estado] [MASR4] sufre", dijo a los periodistas. En abril de 2019, Bolsonaro le dijo a un canal de televisión local: "Todavía tenemos un problema indígena", añadiendo que la línea de transmisión se construiría "a pesar de las protestas indígenas".
Los ataques contra los pueblos indígenas se han disparado desde que Bolsonaro asumió el cargo a principios de 2019, con un número récord de asesinatos de líderes indígenas ese año.[MASR5]
Otras observaciones de Bolsonaro atacan más ampliamente a los pueblos indígenas. El estilo de vida tradicional indígena, declaró[MASR6] el año pasado, era similar al de los "hombres prehistóricos". En una reciente transmisión en vivo en Facebook, dijo: "Los indígenas han cambiado y son cada vez más seres humanos como nosotros".
La decisión se produce un mes después de que el congresista del estado de Roraima, Jeferson Alves, utilizara una motosierra para destruir un bloqueo legal de carreteras [MASR7] controlado por los Kinja, dedicando [MASR8] el acto a Bolsonaro, una medida [MASR9] que se considera una[MASR10] consecuencia de los anteriores comentarios del presidente.
Los ataques contra los pueblos indígenas se han disparado desde que Bolsonaro asumió el cargo a principios de 2019, con un número récord de asesinatos de líderes indígenas ese año.
"Esta decisión es importante porque reconoce el contenido discriminatorio que resulta ofensivo para los indígenas y, en particular, para el pueblo Waimiri-Atroari", dijo a Julio Araújo, uno de los fiscales federales que están detrás del caso. "Desde 2019, [Bolsonaro] ha estado acumulando comentarios, tweets[MASR11] y planteamientos que no están permitidos por la Constitución. No se puede decir que ciertas formas de vida sean superiores en detrimento de otras".
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