
En busca de la esperanza en Brasil
Una nueva generación de políticos y movimientos está desafiando las desigualdades y defendiendo los derechos humanos bajo la presidencia de Jair Bolsonaro. English

El nuevo presidente de extrema derecha en Brasil, Jair Bolsonaro, fue investido hace apenas un par de meses, y ya había dejado claro desde el principio que tiene la intención de cumplir sus promesas de campaña, que resultarían en la debilitación de la protección social y el desmantelamiento de las políticas de derechos humanos.
Su gobierno ya ha tomado medidas que incluyen la reducción del crecimiento proyectado del salario mínimo, el debilitamiento de los derechos a la tierra de los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales, la retirada del Acuerdo de Migración de la ONU y la consideración de propuestas de reforma de las pensiones que golpearían de manera más fuerte a los más pobres, manteniendo al mismo tiempo los privilegios de los militares y los funcionarios del gobierno.
Brasil es un país conocido por su desigualdad, y Bolsonaro amenaza con revertir los débiles logros en la reducción de las desigualdades logrados por los gobiernos anteriores. Y él no está solo.
El nuevo Congreso de Brasil es el más conservador desde la redemocratización del país en la década de 1980, y la extrema derecha también creció notablemente en las elecciones estatales para gobernadores y asambleas legislativas.
Considerando el reciente crecimiento de la extrema derecha en todo el mundo, así como el peso de Brasil en la geopolítica mundial, la importancia de estas tendencias va más allá de las fronteras nacionales.
A pesar de este entorno hostil, y en parte debido a ello, una nueva generación de políticos y movimientos progresistas también están emergiendo en Brasil.
Sus principales representantes están estrechamente relacionados con grupos de base, son expertos en el uso de nuevas tecnologías -algo que la emergente extrema derecha ya domina- y están dispuestos a explorar innovaciones políticas en línea y fuera de línea para revertir la actual crisis de confianza en las instituciones.
La mayoría de las personas involucradas en Ocupa Política provienen de los movimientos sociales, y se reúnen entorno al objetivo común de ocupar la política institucional para luchar contra las desigualdades y defender los derechos humanos
Ocupa Política, una coalición que reúne a políticos y movimientos de todo el país, ejemplifica esta nueva generación de progresistas.
La iniciativa ya ha tenido éxito, con la elección de 16 candidaturas legislativas a nivel federal y estatal en 2018. Los miembros de Ocupa Política provienen de múltiples partidos, y la iniciativa es manejada de manera independiente, en lugar de ser manejada por estructuras partidarias, lo que les permite operar con autonomía a pesar de su relación con el sistema de partidos.
La mayoría de las personas involucradas en Ocupa Política provienen de los movimientos sociales, y se reúnen entorno al objetivo común de ocupar la política institucional para luchar contra las desigualdades, defender los derechos humanos, profundizar la democracia y promover la participación cívica.
Recientemente elegida al Congreso por el estado de Minas Gerais, Áurea Carolina, por ejemplo, surgió del activismo de base negro y feminista para convertirse en un fenómeno político.
Es miembro de Muitas, un movimiento que reúne a representantes de diversas causas que van desde el derecho a la vivienda, la salud y la educación hasta la promoción de la cultura y la diversidad, que ha conseguido que cuatro parlamentarios sean elegidos para las cámaras legislativas a nivel de ciudad, estado y federal desde 2016. A pesar de operar en diferentes niveles de gobierno, los cuatro formaron equipo conjunto para coordinar acciones y maximizar el impacto.
Otro ejemplo es Bancada Ativista, un movimiento originario de São Paulo que se ha centrado en la elección de activistas en los últimos años. En 2018 reunieron a nueve activistas en una sola candidatura colectiva para la diputación del estado, convirtiéndose en una de las más votadas del país.
Estos nueve activistas compartirán ahora un único mandato en la Asamblea Legislativa de São Paulo, centrado en el fortalecimiento de las agendas progresistas y la voz de la sociedad civil mediante la construcción de puentes entre las calles y las instituciones.
Muitas y Bancada Ativista son dos de los miembros fundadores de Ocupa Política - al construir una plataforma común, fortaleciendo mutuamente a sus miembros, tanto durante sus campañas como a lo largo de sus períodos en el cargo, aumentando de esta manera su potencial de impacto.
Un análisis de los materiales de la campaña de aquellos que han sido elegidos por primera o segunda vez en 2018 evidencia que la mayoría se centró en mensajes alrededor del género, la raza, la sexualidad o la identidad geográfica
Esta nueva generación de progresistas -que va más allá de los que están involucrados con Ocupa Política- tiene menos voz en temas relacionados con el trabajo y el comercio, y está más enfocada en temas relacionados con la identidad.
Un análisis de los materiales de la campaña de aquellos que han sido elegidos por primera o segunda vez en 2018 evidencia que la mayoría se centró en mensajes alrededor del género, la raza, la sexualidad o la identidad geográfica, con un enfoque en las personas que viven en las periferias urbanas de bajos ingresos.
Las desigualdades se mencionan mucho y se enmarcan a través de esos lentes. La educación, la vivienda y la seguridad también aparecen con frecuencia, a menudo también en relación a la identidad, mientras que las cuestiones de salud, cultura y medio ambiente reciben menos atención.
Esta nueva generación de progresistas se enfrentará a un par de retos centrales en los próximos años. La primera es abordar el desmantelamiento en curso de las políticas económicas, sociales y ambientales, una ola que está alcanzando su punto álgido con la presidencia de Bolsonaro.
Es probable que la mayor parte de su tiempo y energía se concentre en resistir estos cambios, en lugar de trabajar para promover sus agendas progresistas. Considerando el desfavorable equilibrio de poder, esto requerirá una estrategia cuidadosa para priorizar los temas más relevantes desde una perspectiva estructural, y para asegurar la acción donde haya verdaderas posibilidades de victoria.
El segundo desafío será entender eficazmente las preocupaciones actuales de los brasileños y brasileñas, y ofrecer respuestas efectivas en una manera esperanzadora y atractiva.
La extrema derecha en Brasil -así como la extrema derecha en todo el mundo- logró crecer al hablar de esas preocupaciones, basándose en los errores de los gobiernos anteriores. Encuestas recientes muestran que la violencia (20%), la corrupción (14%) y el desempleo (14%) encabezan la lista de temas que más preocupan a los brasileños, por encima de la educación (12%) y por detrás sólo de la salud (23%).
Aunque atractivas para muchos, las soluciones propuestas por la extrema derecha han demostrado ser ineficaces, insuficientes o contrarias a las normas internacionales de derechos humanos. Aquellos que defienden los ideales progresistas ahora tienen que hacer los deberes para así recuperar terreno en los debates sobre estos temas.
A pesar del desafiante panorama para los brasileños que defienden la igualdad y los derechos, hay espacio para crear cambios y hay razones para tener esperanza
A pesar del desafiante panorama para los brasileños que defienden la igualdad y los derechos, hay espacio para crear cambios y hay razones para tener esperanza.
Los primeros días del nuevo gobierno demuestran que no será fácil para Bolsonaro y sus aliados implementar su agenda mientras mantienen el apoyo popular. Muchos votantes que fueron influenciados por la retórica de la campaña de la extrema derecha pueden salir perdiendo con sus políticas, mientras que la falta de cohesión y experiencia del equipo de Bolsonaro ha venido conduciendo a una serie de conflictos internos y acciones contradictorias.
Además, Bolsonaro ya está enfrentando graves acusaciones de corrupción relacionadas con las actividades parlamentarias de su hijo Flavio.
A medida que la extrema derecha en Brasil empiece a abordar el desafío de la gobernabilidad, una nueva generación de progresistas puede ofrecer nuevas formas de hacer política que desafíen efectivamente las desigualdades y promuevan los derechos humanos. Los próximos años no serán fáciles en Brasil, pero saber hacia dónde mirar hace posible mantener la esperanza.
Artículo publicado originalmente en inglés en inequality.org
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