Sin embargo, cuando ya no esté Raúl: ¿podrá mantener su posición Miguel Díaz-Canel, que no ha conseguido legitimidad ante la población? ¿Podrá controlar al partido y a los militares en un contexto de malestar social? Díaz- Canel nombrado por Raúl Castro, asumió el cargo sin una propuesta de gobierno. Quizás uno de sus mayores errores ha sido proponerse como un líder que proclama la continuidad (su frase más utilizada es "somos continuidad") e ignorar las urgentes necesidades de cambio, no sólo por los errores históricos del modelo cubano, sino por las transformaciones del escenario regional y global.
Tarde o temprano, se abrirá una ventana de oportunidad para el cambio político. El punto clave es que los jóvenes opositores no parecen estar preparados para asumir una transición. El nuevo Código Penal dificultará que las ONG, las instituciones privadas o los organismos gubernamentales puedan ayudarles. El gobierno de EE.UU., junto con los gobiernos latinoamericanos, podría preparar una estrategia para impulsar el diálogo y ayudar a los cubanos a provocar el cambio político cuando Raúl se reúna con su hermano Fidel.
Incluir a Cuba para socavar la dictadura
Hay tres dictaduras en América Latina: Cuba, Nicaragua y Venezuela. Hay retroceso democrático en Brasil, El Salvador y Perú. Haití es un Estado fallido. Colombia, después de casi nueve años del acuerdo de paz, sigue siendo testigo del asesinato de activistas sociales. El resultado de sus elecciones presidenciales mostró otra sociedad polarizada. México es el país donde más periodistas fueron asesinados en 2021.
La caída de la dictadura más larga de las Américas podría desencadenar una nueva ola de democratización en la región. El presidente Biden conoce muy bien el impacto que tuvo la visita del ex presidente Barack Obama a la isla. Debería prestar más atención a los jóvenes activistas que luchan solos contra un régimen represivo. La situación en Cuba nos refresca lo que alguien nos dijo en una entrevista en La Habana en 2016: esta dictadura no te mata, pero no te deja vivir.
Cuba, junto con Nicaragua y Venezuela, no fue invitada a la Cumbre de las Américas que se celebró entre el 6 y el 10 de junio en Los Ángeles. Esto fue un error. Debido a los tiempos de la Guerra Fría, las relaciones entre EE.UU. y Cuba son especiales, y la situación actual de la isla es dramática, pero con una ventana de esperanza. La cumbre podría haber sido una oportunidad para restablecer la cooperación y el diálogo promovidos por la administración Obama.
Aun sabiendo que Cuba no es una amenaza militar para la región o para Estados Unidos, la invasión militar de Ucrania por un régimen autoritario es una clara señal que la promoción de la democracia debe seguir siendo prioridad de Estados Unidos, Europa y los gobiernos democráticos latinoamericanos. Los jóvenes cubanos están luchando por la democracia, no deberían ser ignorados.
La aplicación de cambios en la política hacia Cuba para apoyar a su pueblo no puede consistir en esperar pasivamente que la buena voluntad del régimen conduzca a una transición pacífica. Cuando el nuevo Código Penal esté en vigor, la ayuda a los líderes políticos opuestos al régimen será más difícil. El gobierno de Biden debe buscar otras alternativas no violentas.
Es poco probable que Biden gane en Florida si vuelve a aplicar el enfoque de Obama, pero podría ser recordado como el presidente que ayudó con éxito a una joven generación de cubanos a deshacerse de una vieja generación de autócratas. Después de más de 60 años de un sueño socialista fallido, el cambio de régimen en Cuba debería ser una prioridad de cualquier demócrata estadounidense que viva en la Casa Blanca. Actualmente, la mayoría de las sanciones de la era Trump sobre Cuba siguen vigentes. Afectan a los cubanos más que al régimen.
En diciembre de 2021, el presidente Biden celebró la primera de las dos Cumbres para la Democracia. Mencionó que para avanzar en la democracia "tenemos que renovarla con cada generación". Algunas de las medidas mencionadas anteriormente mostraron pequeños cambios en las políticas estadounidenses, pero no son suficientes.
El gobierno de Estados Unidos, los Estados miembros de la UE y los países latinoamericanos no deberían ignorar a esta joven generación de cubanos que lucha por la democracia y la libertad. La invasión de Ucrania por parte de Putin nos trajo terribles recuerdos de los años 40. Hagamos que Cuba vuelva a la mesa democrática. Cuanto antes, mejor.
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