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Policía abre fuego sobre una protesta contra el feminicídio en Cancún

El feminicio de una joven de 20 años en la costa del caribe mexicano se suma a una pandemia de asesinatos sangrientos que no remite a pesar de la indignación popular.

Danica Jorden
16 noviembre 2020, 10.10am
Portrait of Bianca Alejandrina Lorenzana, Alexis
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#justiciaparaalexis

“Tengo miedo de salir de casa y no volver a ver a mi mamá.”

-- Alexis

Los detalles son repugnantes y a la vez casi banales porque son tan frecuentes. Otra joven desaparecida, violada, asesinada y mutilada. Esta vez tenía 20 años de edad y se llamaba Bianca Alejandrina Lorenzana, conocida como Alexis, y hasta el 7 de noviembre de 2020, vivía en Cancún, el templado balneario mexicano. Atrevió salir de casa una noche para ganar un poco de dinero por la venta de un cigarrillo electrónico, y ahora no volverá nunca más. Su cuerpo, como los de tantas otras hermanas, se descubrió el próximo día cortado en pedazos y echado en la basura.

“No sólo nos preocupan los huracanes y desastres naturales, sino los feminicídios que nos están arrancando la vida de mujeres.”

-- Colectivo feminista Furias Violetas de Cancún

Los huracanes Delta y Zeta acaban de pasar por el Estado de Quintana Roo, dando más conmoción a la protesta del 9 de noviembre. “Déjalo quemar. ¡Que todo queme!” fue el lamento de su madre angustiada cuando las planchas de contrachapado que se pusieron para proteger las ventanas del ayuntamiento de Cancún toman fuego mientras unxs manifestantes pintan “Ni una menos. Ni una más. Alexis, Fátima” (Fátima era una niña de 7 años que fue secuestrada, violada y matada en la Ciudad de México en febrero). En este momento la policía comienza a golpear a reporteros, agarrar teléfonos celulares y disparar balas reales al aire encima de la multitud. A una reportera de la emisora local le golpearon con un batón y un fotógrafo resultó lesionado en la cabeza por una bala.

La protesta no fue tan grande por causa de la pandemia, tuvo lugar tempranito aunque el cielo nublado y el puesto del sol otoñal a las 6 de la tarde puedan oscurecer un poco las grabaciones. Pero por la luz del día siguiente las autoridades se apresuran a poner sus excusas. La alcaldesa de Cancún condena de inmediato la acción policial, y el gobernador insiste que ha ordenado explícitamente al jefe de la policía de no reaccionar con fuerza. Hasta las Naciones unidas expresan su desaprobación y llama por una investigación.

Imagen Alexis protest.png
Imagen tomada del twitter de periodista Alejandro Castro

Aún así, hay algo en la ira de una mujer que a menudo se enfrenta a una rabia desmesurada. Por eso, según un estudio que salió esta semana, las mujeres en México cumplen sentencias de prisión más largas que los hombres, cinco años más en promedio. "Las mujeres son vistas como cuidadoras y son castigadas con mayor severidad por sus transgresiones", dijo el estudio.

Alexis: "¿En dónde comienza y en dónde termina la fragilidad de una mujer, según nuestra sociedad?”

En los Estados Unidos, las mujeres que matan a sus parejas masculinas son condenadas a cumplir una media de 15 años, mientras que los hombres que matan a sus parejas femeninas sólo son condenados a cuatro años. La ACLU ha publicado una letanía de castigos desmesurados que las mujeres estadounidenses reciben cuando se salen de sus roles tradicionales.

A pesar de la mayor concienciación, la tasa de feminicídio, o asesinatos de mujeres y niñas, está aumentando considerablemente en México, así como en otras partes del mundo. Según las Naciones Unidas, muchos países están comunicando índices más altos de violencia doméstica y de género, a pesar o debido a los cierres por la pandemia. Factores como el aumento del estrés económico y psicológico y la desviación de recursos comunitarios de los servicios para la mujer están contribuyendo a la crisis.

El 10 de febrero, Alexis escribió algo preocupante en su página de Facebook. “Ayer me sucedió algo de lo cual no quiero hablar, pero que me llevó a un mundo de pensamientos que no logro sacar de mi cabeza. ¿En dónde comienza y en dónde termina la fragilidad de una mujer, según nuestra sociedad?”

Quizás nunca sepamos qué pasó ese día, pero las siguientes palabras son no sólo proféticas sino también revelan a una mujer verdaderamente fuerte y valiente.

“Nadie le va a prohibir a mis ojos la satisfacción de mirar el cielo brillar cada mañana, nadie le va a impedir a mi piel ser tocada con amor y consentimiento, nadie me va a robar mis sueños, ni arrebataran suspiros a mi boca que no sean de placer y felicidad. Primero muerta antes que permitir que ustedes, seres asquerosos, me maten”.

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