democraciaAbierta: Opinion

¿Quién es más coherente con los valores cristianos: Bolsonaro o Lula?

En un Estado laico la creencia religiosa debería quedar fuera del debate electoral. Sin embargo, una vez dentro, se hace evidente quién defiende los valores cristianos, y quién no.

Jean Wyllys
21 septiembre 2022, 12.01am

Río de Janeiro, Brasil. 18 de octubre de 2018. Evangélicos participan en la última misa evangélica antes de las elecciones en Brasil.

|

dpa picture alliance / Alamy Stock Photo

Como en los casos del nazismo y el fascismo históricos, el bolsonarismo -una versión brasileña actualizada de ambos- es un movimiento de extrema derecha que sólo utiliza el cristianismo como propaganda política, pero que en realidad no se identifica con los valores cristianos.

La prensa brasileña ha dedicado mucho tiempo a debatir el llamado "voto evangélico", es decir, a predecir a cuál de los candidatos presidenciales -Lula o Bolsonaro- irán los votos de los cristianos evangélicos, y a discutir y reafirmar la tendencia de estos a votar según los dogmas y la moral de su religión, y no según juzguen mejores o peores las propuestas de gobierno que presentan sus candidatos.

Ahora bien, siendo Brasil un Estado laico, esta tendencia electoral de los cristianos evangélicos debería ser tratada al menos con asombro, y no debería ser normalizada (e incluso explotada) por una prensa que se cree democrática.

Un Estado laico no tiene ninguna pasión religiosa, ni puede ser chantajeado por ella; no tiene ninguna religión ni defiende ninguna religión en particular, sino que garantiza a todos sus ciudadanos el derecho a profesar su fe, sea cual sea; garantiza a todos y cada uno el ejercicio del derecho a creer y a no creer.

El respeto a la laicidad del Estado implicaría que, en un proceso electoral, los valores religiosos no deberían estar en el orden del día, ni en las campañas de propaganda electoral, ni en la cobertura de los principales candidatos.

Pero ya que están en la agenda, la prensa y los candidatos tendrían la obligación de informar a los cristianos evangélicos de que no siempre han disfrutado de la libertad de credo. Cuando el Estado brasileño tenía una religión oficial, la católica, los evangélicos eran discriminados e incluso perseguidos. Quien garantizó la libertad de creencia en la Constitución de 1946- mantenida en la Constitución de 1988- fue un diputado ateo y comunista: el escritor bahiano Jorge Amado.

Lo último que podría hacer un evangélico en un proceso electoral es fijar su voto sobre la base de la intolerancia religiosa y el racismo

Lo último que podría hacer un evangélico en un proceso electoral es fijar su voto sobre la base de la intolerancia religiosa y el racismo

Esta disposición constitucional que garantizaba la libertad de credo en Brasil beneficiaba a las religiones de origen africano, pero sobre todo a las históricas iglesias evangélicas y neopentecostales.

Siendo así, lo último que podría hacer un evangélico en un proceso electoral es fijar su voto sobre la base de la intolerancia religiosa y el racismo.

Si pensamos en la etimología de la palabra evangélica, concluimos que se trata de aquellos cristianos que creen en los cuatro evangelios canónicos -los de Mateo, Lucas, Marcos y Juan- como textos inspirados por Dios. Ahora bien, no creen sólo en estos cuatro textos, sino también en las cartas del apóstol Pablo, que están llenas de referencias contra la avaricia y a favor de los pobres.

Pues bien, Bolsonaro ha hecho un gobierno que ha beneficiado a los ricos y a los muy ricos; los ha hecho más ricos; ha hecho un gobierno que ha acabado con las leyes laborales y ha precarizado el trabajo en general. Además, este gobierno ha gestionado criminalmente la pandemia de la Covid-19 de tal manera que ha matado a los más pobres, a los ya enfermos, a los indígenas y a los ancianos. Más de 700.000 personas han muerto en Brasil por la pandemia, y muchos de éstos a causa de esta política -necropolítica del gobierno actual.

Además, el gobierno de Bolsonaro ha fomentado indirecta o directamente la muerte de indígenas pobres, aislados o no, al fomentar la minería ilegal y el tráfico de madera en la Amazonía.

Bolsonaro también se enriqueció personal e ilícitamente durante esos cuatro años, al igual que sus cuatro hijos.

Bolsonaro también se enriqueció personal e ilícitamente durante esos cuatro años, al igual que sus cuatro hijos.

En definitiva, Bolsonaro y el bolsonarismo, al igual que el fascismo histórico y el nazismo, no tiene ninguna identificación real con lo que dice Jesús en los evangelios o San Pablo en sus cartas.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que nació en la pobreza, al igual que Jesús, durante sus ocho años de gobierno, sacó a Brasil del mapa del hambre y prácticamente erradicó la pobreza en el país, pobreza que ha vuelto gracias a Bolsonaro. Lula hizo un gobierno que priorizó sobre todo a los más pobres y a los trabajadores, en particular a las mujeres. Lula sembró amor y no utilizó la mentira como arma de destrucción.

Es decir, si comparamos a Bolsonaro con Lula, podemos concluir que Lula está mucho más en línea con los valores cristianos. Quien está, digamos, atendiendo a todas las exhortaciones de los evangelios es Lula: la defensa de los humillados, de la justicia y de la igualdad.

Sentido así, ¿cuál es la duda de los cristianos que quieren votar según sus valores?

La religión de los candidatos no debería estar en el orden del día en un Estado laico, pero ya que lo está, una prensa honesta debería decir a los evangélicos la verdad: Lula es un verdadero cristiano

Bolsonaro y el bolsonarismo, en cambio, no son más que lo que el evangelista Mateo dice de los fariseos: por fuera, blancos y con apariencia prístina, pero por dentro, llenos de podredumbre y huesos.

We’ve got a newsletter for everyone

Whatever you’re interested in, there’s a free openDemocracy newsletter for you.

Unete a nuestro boletín ¿Qué pasa con la democracia, la participación y derechos humanos en Latinoamérica? Entérate a través de nuestro boletín semanal. Suscribirme al boletín.

Comentarios

Animamos a todo el mundo a que haga comentarios, Por favor, consulte las intrucciones de openDemocracy para comentarios
Audio available Bookmark Check Language Close Comments Download Facebook Link Email Newsletter Newsletter Play Print Share Twitter Youtube Search Instagram WhatsApp yourData