
Rusia se considera engañada, pero no debió invadir Ucrania
Rusia no podrá mantenerse en Ucrania, pero necesita una salida. ¿Entregar Crimea puede ser la carta para negociar la paz?

Mientras continúan cayendo las bombas y se incrementa el asedio ruso en Ucrania, miles de civiles huyen del país al tiempo que la resistencia mantiene en alto la decisión de no ceder.
Desarrollamos aquí un panorama que explica la invasión. Entender no es justificar la transgresión bárbara del derecho internacional. Seguimos los pasos de la profesora Araceli Mangas Martín, catedrática especializada en derecho internacional y europeo de la Universidad Complutense de Madrid.
Hoy por hoy se habla demasiado de Rusia, como si fuese la Rusia comunista. Surgen los odios de la época de la guerra fría, del enfrentamiento con el sistema comunista, de los Gulag. Es hora de mirar la realidad actual. Esta es la Rusia que quiere ser respetada y que no desea ser aislada como en los últimos 20 o 30 años.
Hay que contar mucho más con ella porque forma parte de la cultura occidental, de la literatura, de la historia y de nuestra religión. Siempre y cuando Rusia respete las reglas y sepa que no se puede engullir un Estado de la noche a la mañana, que hay que negociar y tener paciencia estratégica.
Entretanto la que más sufre es la población civil, víctima de la violencia y la imposición de una realidad indeseada.
José Zepeda: Tengo la impresión de que son dos hechos mayores los que podrían explicar en parte lo que comenzó el pasado 24 de febrero. El mayor sería que tanto Rusia como Occidente irrespetan o desconocen el derecho internacional en determinadas circunstancias. Y lo segundo es que Putin está convencido de la debilidad, la ambigüedad y los temores occidentales. ¿Cierto?
Araceli Mangas Martín: En buena medida sí, aunque no justifican la agresión brutal contra Ucrania. Es cierto que se pudo haber evitado. Está claro que hemos llegado a esta situación como consecuencia de no comprender la seguridad de todos en el continente europeo y que Rusia se considera engañada.
Hay estudios de diversos profesores universitarios en Estados Unidos y Europa que consideran que hubo irrespeto con los acuerdos verbales entre las grandes potencias y que incluso en la carta de París, que fue una especie de renovación de la carta de Helsinki, se daban seguridades a Rusia -un país que puede ser fácilmente invadido- que necesita una seguridad extensiva. Y claro, no se respetó. Aun así, Rusia, con aquella debilidad, la de los años noventa, lo fue metabolizando.
Hemos llegado a esta situación como consecuencia de no comprender que Rusia se considera engañada
El Kremlin empezó a notar cosas raras cuando la OTAN y la Unión Europea apoyaron los bombardeos contra Yugoslavia como consecuencia del maltrato que se estaba dando por parte de Yugoslavia a la población albano kosovar en la zona de Kosovo. Todavía aceptó que había que proteger vidas humanas en esa acción. Pero lo que ya no entendió, y es cuando empieza a cambiar a partir del 2001, fue cuando se dio cuenta de que toda la operación era para romper la antigua Serbia, y para quitarle una región, para declarar la independencia y un Estado nuevo en la zona de Kosovo. Moscú lo anotó, y cuando se consumó en el 2008, se constata dos años antes que Rusia ya no acepta las condiciones de la carta de París de reducción de fuerzas convencionales, porque además había reducido esas fuerzas, pero la Unión Europea y la OTAN se habían extendido.
A partir de ese momento, febrero del 2008, es cuando Putin cambia por completo su concepción de las relaciones con Europa y con el mundo. Interviene en Osetia y hace lo mismo que la Unión Europea y la OTAN en Kosovo, se prevé un Estado independiente en Osetia y rompe la integridad territorial de Georgia. Rusia ha ido calcando ilícitos de la OTAN.
En ese sentido es la falta de respeto de los occidentales al derecho internacional lo que ha hecho que Putin tome la misma medida: instrumentalizar el derecho internacional y empezar a violarlo con excusas, en parte reales y otras veces inventadas. Primero en Georgia y de nuevo en Ucrania en 2013-2014, cuando la Unión Europea le hizo a ésta una oferta que volvía a romper los acuerdos políticos de los 90.
Nada menos que a Ucrania, un país que se ha sentido siempre muy hermano de Rusia. Putin decide invadir Ucrania porque la Unión Europea la va a hacer miembro de la OTAN y de la Unión Europea. El acuerdo de asociación que ofrece la Unión Europea desata las hostilidades, frente a la pretensión de que Ucrania pueda tener armas de la OTAN en la frontera misma con Rusia.
Como usted ha dicho, la falta de respeto al derecho internacional por parte de la Unión Europea y de los Estados Unidos ha sido copiado, plagiado por Moscú. No digo que con ello esté justificada la invasión y sobre todo la anexión de toda Ucrania.
JZ: En general se ha ido creando una suerte de consenso en numerosos analistas internacionales de que, si el propósito de Putin era una guerra relámpago y una victoria rápida, ha fracasado en ese empeño, lo que lleva a una prolongación de la guerra, a una anexión total de Ucrania, con millones de refugiados, con miles de pérdidas de vidas humanas, con destrucción de infraestructura. ¿Cierto?
AMM: Sí, seguramente ellos pensaron que en muy pocas horas, en un día o dos, caería la capital Kiev, que al fin y al cabo está relativamente cerca de la frontera Bielorrusia y una parte del desplazamiento de tropas se ha hecho desde allí. No se podía prever que iban a tener rechazo, como ocurrió cuando entraron en Crimea, en donde todo sucedió en muy pocas horas. La península de Crimea cayó bajo su dominio sin violencia por parte de la población civil resignada.
La población ucraniana, junto con el ejército, han puesto freno a la agresión rusa
Sin embargo, Ucrania no aceptó la invasión, pese a que incluso el gobierno ucraniano estaba escasamente preparado, que en parte fue irresponsable, porque cuando tienes a más de 150 mil soldados a pocos kilómetros de la frontera, no están ahí para hacer maniobras, están para invadir. Eso estaba claro. Es decir, que guerra iba a haber. El gobierno ucraniano no decretó la movilización hasta 24 horas después de ser invadidos. En todo caso, la población ucraniana, junto con el ejército, han puesto freno a la agresión. Esto significa que la guerra puede durar un poco más, no es una guerra relámpago.
Pero no nos hagamos ilusiones. Esa masa invasora, por muy descoordinada que esté, por poco motivada que esté va a acabar invadiendo todo o parte, como hacer un corredor. Lo único que no se sabe realmente es cuánto tiempo van a necesitar para el control total.
Ahora, una invasión no es solamente desplegar tropas por todo el territorio, que no haya combates, dominar por completo sin oposición violenta. El problema es que eso hay que mantenerlo. No basta con invadir. Se ha demostrado incluso con grandes potencias como Estados Unidos, al que le fue muy fácil invadir Irak en el 2003, en aquella invasión ilegal. El problema es mantenerla y sostenerla en el tiempo. Alimentar a toda la población y que todo funcione, eso cuesta muchísimo dinero. No es soportable para casi ningún Estado.
Y aquí no se trata de un estado pequeño, no es Crimea. En ese territorio hay más de cuarenta millones de personas, aunque hayan salido dos millones y pico y puedan salir todavía muchos más, no les va a ser fácil dominar.
Por lo demás, la gente va a utilizar el derecho de legítima defensa, la violencia, los francotiradores, la resistencia. Es algo endiablado para cualquier ejército.
Incluso la invasión le va a costar caro porque en ese aspecto, estratégicamente Ucrania ha hecho lo correcto, no enfrentarse a los rusos en campo abierto y llevarlos a las ciudades, dejar que entren, intentar cercar las calles donde el ejército propio, más la población, ayuda mucho. Por eso posiblemente la invasión le vaya a costar más de lo que Rusia cree.
Además, Rusia tiene una economía muy débil, de ahí las sanciones. En ese aspecto ha sido inteligente la Unión Europea y las venía preparando hace mucho tiempo. Es decir, se sabía que no íbamos a ayudar a Ucrania con soldados, no íbamos hacer la guerra con ellos, no ser beligerantes directamente, pero sí podíamos ayudar con una guerra económica que puede asfixiar a medio plazo a Rusia. Y está muy claro que se han puesto todas las divisiones acorazadas, financieras, tecnológicas y Rusia no va a poder mantener por completo el territorio, porque se puede desplomar económicamente y tener un problema muy grave desde ese punto de vista.
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JZ: ¿Va a haber o no va a haber Tercera Guerra Mundial? ¿Vamos a ver o no vamos a ver el uso de las armas nucleares en esta generación?
AMM: No se puede descartar nada. En principio porque hay que reconocer que todo con lo que nos ha amenazado Putin hasta ahora lo ha ido cumpliendo. No hemos entrado en Tercera Guerra Mundial, pero lo que ha ocurrido hasta ahora viene de previsiones cumplidas. Esperemos que no las cumpla todas.
Lo que es cierto es que tiene una determinación salvaje para defender lo que considera los intereses de Rusia. Tiene ese punto de vista contra toda suerte de consecuencias. Podemos llegar a temer lo peor. Pero también sabe Putin, sabe Rusia que, si ataca a la Alianza Atlántica, a Rumanía, Hungría, a Polonia, a Eslovaquia, a los cuatro países, que están más próximos a Ucrania, en ese momento, si se produce un incidente, puede haber consecuencias importantes.
Es verdad para nosotros, pero también para ellos. Puede haber un ataque táctico con armas nucleares para tratar de aterrorizar a la población y que en su conmoción la gente presione sobre nuestros gobiernos para dejar hacer a Putin, para dejar hacer a Rusia. Eso puede ocurrir. Si se atreve, debe tener en cuenta que también Francia, el Reino Unido, Estados Unidos disponen de armas nucleares, de armas tácticas, de corto, medio y largo alcance. Las de largo alcance serían enormemente peligrosas si se recurriera a los misiles balísticos intercontinentales.
Rusia tiene una enorme cantidad de recursos naturales pero se ha dedicado a venderlos para pertrechar al ejército
Creo que en su reacción van a descartar un ataque nuclear, digamos, de terrorismo, porque si algo se ha notado ha sido que antes incluso de que reaccionaran los gobiernos, ha reaccionado la opinión pública en toda Europa. Toda Europa está conmocionada, la gente en la calle porque ha visto que puede haber una Tercera Guerra Mundial, que puede haber una nueva guerra, no como la que vieron nuestros abuelos y nuestros bisabuelos y que puede ocurrir si no tomamos ahora las decisiones necesarias.
También es verdad que la gente considera que no hay que provocarla. No seremos nosotros los que iniciaremos la Tercera Guerra. Y en eso estoy de acuerdo por una vez con las autoridades de la OTAN y de la Unión Europea, que serán ellos los que la inicien.
Para hacer una guerra hace falta tener mucho dinero, una economía fuerte y Rusia tiene una economía muy débil, es sólo un poquitín más rica que España, tiene un producto interior bruto sólo de unos 80 mil millones de euros más que España. Está muy lejos de Italia, de Francia, de Alemania, del Reino Unido, etc. ¿Por qué? Porque son inmensamente ricos comparados con España, o con Italia, o con Francia, con Alemania, pero tienen una pésima economía, una mala gestión, no han sabido ser un Estado capitalista que vele por la prosperidad de todos y además por la riqueza. Tienen tal cantidad de recursos naturales que lo que han hecho es venderlos para pertrechar al ejército.
¿Qué es lo que hizo Putin a partir del 2007-2008? Cuando se dio cuenta de que no había las mismas reglas del derecho internacional para él que para los europeos, vendió la energía al precio más alto posible y todo ese dinero, más de 600 mil millones de euros, los ahorró para esta guerra.
Lo que pasó por alto es que la mitad de sus ahorros están en nuestros bancos. Pues bien: el Banco Central y el gobierno ruso no pueden utilizar la mitad del ahorro, más de 300 mil millones de euros, ni para el Ejército, ni para sostener el rublo, ni para sostener la economía. Es decir, están asfixiados. Y lo que les queda libre de los 300 mil restantes necesitan por lo menos la mitad para poder mantener el rublo todos los días.
JZ: ¿Tiene algún grado de seriedad la suposición de la, llamémosle inestabilidad psicológica, del señor Putin?
AMM: No sé si tiene algún tipo de enfermedad. Es verdad que es una persona que tiene características raras cuando se le ve en los actos públicos. Durante un tiempo fue alguien que estuvo con la civilización, no con la barbarie de hoy. Él ha tenido una evolución, y no voy a decir que viene del espionaje, de gente muy fría sin escrúpulos, que no mide las consecuencias. Los espías tienen una razón de Estado y entonces no entran en consideraciones morales, humanitarias. Seguramente tiene una formación que ahora le viene muy bien para la frialdad que se precisa a la hora de determinar el uso de la fuerza masiva de tan vastas proporciones como lo ha hecho en Ucrania.
No olvidemos que Rusia estuvo con nosotros en la acción contra Irak
Cuando estuvo en los escalones intermedios, cerca de Gorbachov, próximo a Yeltsin, actuó de manera correcta. Incluso cuando llegó al poder en 1999 hasta el 2007. Los dos primeros son mandatos normales. Votó con Occidente, con la Unión Europea, con Estados Unidos, que había que parar a Sadam Hussein. No olvidemos que Rusia estuvo con nosotros también en la acción contra Irak. La intervención, por ejemplo, en el Kurdistán iraquí también fue votada por Rusia.
En resumen, Rusia estuvo en la década de los 90 desde la caída del muro hasta el 2002 en una posición acertada. El 2003 pateó la mesa cuando Bush hijo decidió aquella guerra horrorosa. No olvidemos, estuvo con Francia, con Alemania, con la llamada vieja Europa del orden del derecho internacional de que no se puede atacar a un país ni revertir gobiernos solo porque no te gustan.
Seguramente el carácter frío que lleva en su cuerpo aparece ahora. Ya sabe que la venganza es un plato que se sirve frío. Ha apertrechado muy fuertemente al ejército. Lo cambió por completo porque lo que recibió de Yeltsin y Gorbachov era pura hojalata. Tampoco es que ahora tenga una gran sofisticación. Se ha visto que muchos de los soldados y de los tanques no tenían sistemas GPS, sino que iban con aparatos de hace 15 años. Pero aun así, el Ejército se ha pertrechado.
JZ: Es cierto que lo primero que se pierde en una guerra es la verdad, pero también se pierde una parte importante de la racionalidad y toda racionalidad asegura que la única solución incruenta para solventar un conflicto es la negociación. ¿Estamos muy lejos de ese escenario?
AMM: Estamos lejos, aunque no perdería la esperanza de que en algún momento tanto Rusia como la propia OTAN y la Unión Europea lleguen a un punto de encuentro.
Hoy Rusia tiene un objetivo muy claro: la victoria. La invasión completa. Controlar todo el país y a partir de ahí, negociar. Y sabe que no puede mantenerse en Ucrania mucho tiempo.
Muchos consideramos a Rusia como una gran potencia. Ha sido siempre una potencia política y hay que respetarla.
No se le puede negar la salida al mar y sobre todo a aguas dulces y por tanto Crimea, que siempre fue parte de Rusia y que fue cedida a Ucrania en unas condiciones ridículas durante una borrachera de Nikita Jruschov.
Crimea le debe ser devuelta, porque esa es su salida al Mediterráneo. Y eso no se le puede negar. Hay que reconocer a las grandes potencias, darle las mínimas seguridades y seguramente, el deseo de Rusia, es que se reconozca internacionalmente que la península de Crimea, donde están sus bases militares más importantes de cara a la salida hacia Aguas dulces, exista y luego hacia el Mediterráneo.
Muchos consideramos que Crimea podría ser su trofeo de guerra y la forma de salvar la cara ante el pueblo ruso y la comunidad internacional. Por tanto, hay margen de negociación.
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