Otras formas de violencia policial contra las mujeres son comunes, según un informe de la Defensoría Pública de Río de Janeiro. El estudio aporta pruebas de una multitud de violaciones de derechos en el contexto de las operaciones policiales y militares. Hubo varios casos de violencia sexual relacionada con la policía, como acoso, registros corporales ilegales y violaciones. Además, las pruebas presentadas indican que la violencia policial suele producirse en el contexto de los allanamientos ilegales. Debido al estigma y al miedo a las represalias, la mayoría de las violaciones no se denuncian.
Desvío de armas importadas
Los casos de crímenes de motivación política contra las mujeres también han puesto en tela de juicio el comercio internacional de armas. El asesinato de la concejala Marielle Franco con una subametralladora alemana llamó la atención sobre la compleja relación entre la violencia política, la delincuencia organizada y el desvío de armas a actores no estatales.
El arma homicida, una Heckler & Koch MP5, es utilizada exclusivamente por unidades especiales de la Policía Civil y Militar, así como por la Policía Federal y algunas unidades de las Fuerzas Armadas. En respuesta al asesinato del concejal, la empresa Heckler & Koch suspendió la venta de armas a las fuerzas de seguridad brasileñas.
Aun así, el desvío de armas de fuego y munición a grupos delictivos sigue siendo un grave problema. En 2017, desaparecieron más de 700 armas de un batallón de la Policía Militar en el estado de Río de Janeiro. De ellas, 35 se encontraron en manos de milicianos, narcotraficantes y ladrones.
En el estado de São Paulo, más de 33.000 armas fueron desviadas del mercado legal al ilegal entre 2011 y 2020, según un estudio del Instituto Sou da Paz. De estas armas, al menos el 8% eran de origen extranjero, incluyendo países firmantes del TCAC como Alemania y Bélgica.
Brasil importa millones de dólares en armas y municiones de los países firmantes del TCA. Según datos del Ministerio Brasileño de Industria, Comercio Exterior y Servicios, desde 2010, Brasil ha importado armas y municiones por valor de 9,3 millones de dólares de Alemania, 18,1 millones de dólares de Bélgica, 153,8 millones de dólares de Francia y 7,8 millones de dólares del Reino Unido*.
La ejecución de Marielle Franco, de gran repercusión internacional, no es más que una entre muchas. El asesinato de mujeres que lideran movimientos sociales, grupos indígenas y medioambientales y trabajadores sin tierra ha sido un hecho frecuente en Brasil y América Latina. El uso de armas, sobre todo de origen extranjero, es una variable poco investigada.
La circulación de armas de fuego, registradas o no, constituye un factor decisivo en el dramático crecimiento de la violencia urbana, policial y política, que ha experimentado Brasil en los últimos años. Estos hechos aumentan la situación de alarmante fragilidad en que se encuentran las mujeres brasileñas, sobre todo si son negras y pobres. Un compromiso activo y no sólo retórico de los países firmantes del TCA no puede pasar por alto estos problemas, ni tampoco las relaciones oscuras entre las fuerzas de seguridad y el mundo del crimen en este país.
*Los valores de las importaciones se extrajeron de la base de datos Comexstat del Ministerio Brasileño de Industria, Comercio Exterior y Servicios y se refieren a la categoría 252 de la ISIC ("fabricación de armas y municiones").
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